El secretario general de la ONU, António Guterres, condenó enérgicamente el ataque contra la mezquita Imán Bargah en la ciudad meridional afgana de Kandahar, informó su portavoz Stéphane Dujarric.

Guterres expresó sus sentidas condolencias a las familias en duelo y deseó a los heridos una rápida recuperación, declaró Dujarric en un comunicado.

Los autores de este crimen contra civiles en Afganistán, que ejercían su derecho a practicar libremente su religión, deben ser llevados ante la justicia, señaló.

Este mismo viernes, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) también condenó con vehemencia el atentado que, según el balance actualizado oficial, dejó 47 personas muertas y unas 90 heridas.

En su comunicado, los miembros del CSNU señalaron que el atentado en Kandahar, capital de la provincia homónima, sigue a varios otros ocurridos recientemente contra instituciones religiosas de Afganistán, entre ellos el ataque de la semana pasada contra una mezquita en la ciudad de Kunduz (norte).

Además, subrayaron la necesidad de responsabilizar a los perpetradores, organizadores, financiadores y patrocinadores de estos reprobables actos de terrorismo y llevarlos ante la justicia. En este sentido, instaron a todos los Estados a cooperar activamente con las autoridades pertinentes.