Al menos 32 muertos y 16 desaparecidos dejaba la temporada de lluvias en Guatemala, según la más reciente información de la
Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), mientras que los habitantes de las favelas sufrían por la ola de calor en Río de Janeiro. 

La dependencia reportó 472 viviendas en riesgo, 30 escuelas afectadas, 242 carreteras afectadas, cuatro destruidas, así como 31 puentes afectados y nueve destruidos.

Informó sobre 9.613 personas en riesgo, 5.689 damnificadas, 10.303 evacuadas, 31.492 atendidas y 587 albergadas, según un recogió un informe de la agencia de noticias Xinhua. 

"En las últimas 24 horas, el Sistema Conred registró seis incidentes asociados a lluvias en el territorio nacional", escribió el organismo en su cuenta de la red social X.

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La Conred informó en un comunicado sobre la crecida del río El Naranjo, en el asentamiento Dios es fiel, Ciudad de Guatemala, que dejó como saldo al menos tres personas muertas y 15 más desaparecidas la madrugada de este lunes.

Ante la emergencia, la Conred se coordinó con la Policía Nacional Civil, Defensa Civil, Cruz Roja, Bomberos y otros cuerpos de rescate,  para iniciar los operativos de búsqueda de los desparecidos.

Hasta la mañana del lunes, la Conred había reportado 805 incidentes relacionados con las fuertes lluvias.  

El calor en Río de Janeiro y su efecto sobre la población pobre

La temperatura el domingo alcanzó los 40,9 °C en Río de Janeiro, donde los habitantes de las favelas -equivalentes a las villas miseria de la Argentina- relataron su sufrimiento a reporteros de la agencia de noticias Reuters.

José Martins de Oliveira, residente de favela Rocinha, comentó: "Hace 10 o 20 años era otro clima, era mucho más favorable, mucho menos calor. Y eso, como dije antes, es fruto del maltrato a la naturaleza. Mientras que los seres humanos no respetemos la naturaleza, ella tampoco nos darás una oportunidad."

En la comunidad de Parque Esperanza, al oeste de la ciudad, los vecinos acudieron a la piscina del barrio para combatir el calor. 

Maria Beatriz Gomes, también residente de favela Rocinha, reflexionó: "El habitante de la favela es mucho más afectado en todos los aspectos, especialmente con la situación climática porque aquí no tenemos control de energía, no tenemos control sobre este calor absurdo, entonces tenemos muchos cortes debido a esto, porque tenemos muchas casas."