La Policía de Texas tomó "una decisión equivocada" al demorar su ingreso al salón de la escuela primaria de la ciudad de Uvalde, en Estados Unidos, en el que un tirador de 18 años mató a 19 niños y dos adultos.

Así lo manifestó el director del Departamento de Seguridad Pública del estado de Texas, Steven McCraw.

En tanto, este viernes comenzó el entierro del cruento ataque registrado el martes pasado en la escuela primaria Robb en medio de escenas de profunda congoja y consternación de las víctimas, en la mayoría de los casos, niños de entre ocho y diez años.

Los funerales eran gratuitos para las familias, determinaron las autoridades locales.

La Ciudad de Uvalde informó que “todos los servicios funerarios, parcelas y lápidas han sido pagadas en su totalidad”, señaló el sitio Superchannel 12.

"Desde el beneficio de la retrospectiva... fue una decisión errónea, y punto", expresó McCraw en una tensa conferencia de prensa a tres días del asesinato de 19 chicos de entre ocho y diez años, y dos docentes.

El funcionario admitió que se disculparía si ese gesto "pudiera ayudar", en medio de las protestas porque los uniformados esperaron alrededor de una hora para entrar a la escuela, a pesar de los desesperados pedidos de auxilio desde su interior, mientras el joven Salvador Ramos tiraba a mansalva con un fusil de asalto y un arma corta, antes de ser abatido por la Policía.

Presionado por los periodistas para que explicara el retraso, el director explicó que la policía pensaba que "podría no haber ningún superviviente".

Sin embargo, admitió que la policía recibió numerosas llamadas de varias personas en las dos aulas afectadas, incluida una de un estudiante 34 minutos antes de que la policía respondiera, en la que informaba que "entre ocho y nueve estudiantes estaban vivos".

McCraw confirmó que hubo un lapso de 40 minutos desde la llegada de la unidad policial a la Escuela Primaria Robb hasta el momento en que decidieron asaltar el salón de clases donde el pistolero se había atrincherado.

Indicó el oficial superior en la escena decidió esperar hasta que el conserje de la escuela llegara con las llaves porque pensó que "no había niños en riesgo" para entonces o que "ya no vivía nadie".

La respuesta tardía, combinada con imágenes de video que muestran a padres frustrados siendo abordados y esposados ​​por la policía mientras el atacante aún estaba dentro de la escuela, provocó una creciente ira pública e indignación en torno cómo las fuerzas del orden manejaron la situación.