Opositores al certificado sanitario en Francia y a la serie de medidas dispuestas por el Ejecutivo galo para contener la última ola de casos de coronavirus se manifestaron este sábado por cuarto fin de semana consecutivo en las calles del país, siendo las más convocantes hasta la fecha. 

El recuento del Ministerio del Interior difundido por la prensa especificó que hubo 237.000 personas que se hicieron oír en toda Francia y 17.000 solo en París. Desde la marcha realizada el 17 de julio, donde se habían aglomerado unos 110.000 ciudadanos, el número de manifestantes fue creciendo, llegando a 161.000 personas la siguiente semana, y el pasado sábado 31 de julio acumulando unos 204.000 protestantes.

Aunque en líneas generales la jornada transcurrió sin incidentes mayores, se efectuaron 35 arrestos y siete agentes resultaron heridos.

Esta última protesta llegó precedida del aval que el Consejo Constitucional, el organismo que vela por que la legislación sea conforme a la Carta Magna, dio el jueves a la ampliación del certificado sanitario para entrar en bares, restaurantes u hospitales, o para los viajes internos de larga distancia.

Desde el 21 de julio ese documento que certifica tener la pauta de vacunación completa o no estar contagiado ya era obligatorio para acceder a los centros culturales, pero desde este lunes, 9 de agosto, su exigencia marcará de forma mucho más amplia el día a día de la población.

"Aunque no me quedará otro remedio, voy a boicotear a todos los comercios que lo pidan. Soy creadora, voy a ferias y mercados y habrá ciertas actividades que no vaya a poder hacer. Va a ser complicado a nivel financiero, pero acepto asumir ese riesgo", explica Marie, participante en una protesta parisina.

El proyecto de ley validado también exige al personal sanitario estar vacunado totalmente como muy tarde para el 15 de octubre, una confluencia de requisitos que desde hace un mes ha canalizado a sus detractores en una oleada de protestas.

Fuente: El Mundo