Finlandia no ve ninguna amenaza militar directa por parte de Rusia en este momento, declaró su embajador ante la OTAN, Klaus Korhonen, mientras que Suecia se apresta a solicitar su ingreso a esta fuerza solo para aventar cualquier eventual peligro.

Un día antes de las declaraciones de Korhonen a la CNN sin embargo, el presidente finlandés, Sauli Niinisto, y la primera ministra, Sanna Marin, habían afirmado que el país "debe solicitar su ingreso en la OTAN sin demora".

El ministro de Relaciones Exteriores, Pekka Haavisto, especificó más tarde que Finlandia podría solicitar el ingreso en la OTAN a mediados de la próxima semana si el parlamento toma una decisión para entonces.

Todo ello desató la virulenta reacción del Kremlin, que lo tomó como una "amenaza".

No hay "amenazas militares directas contra Finlandia" ni ninguna "actividad irregular" mostrada por Rusia, dijo Korhonen después pero advirtió que Finlandia permanece alerta y espera que Rusia recurra al "acoso cibernético" y a las "campañas de desinformación".

Aclaró además que al tomar la decisión de solicitar el ingreso en la OTAN, Helsinki se vio impulsada por un "cambio muy drástico en el entorno de seguridad" luego de la operación militar de Rusia en Ucrania.

La crisis de Ucrania provocó un extenso debate tanto en Finlandia como en Suecia sobre el abandono de décadas de neutralidad y el ingreso a la OTAN en medio de una situación de seguridad cambiante en Europa. 

En marzo, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, anunció que la alianza iba a acelerar las solicitudes de membresía de Finlandia y Suecia si decidían unirse.

El jueves, tanto Finlandia como Suecia confirmaron oficialmente sus planes para unirse a la alianza con el apoyo decidido de Alemania y los Estados Unidos. 

El caso de Suecia

El informe encargado por el Parlamento sueco para valorar la posible entrada del país nórdico en la OTAN concluyó que dicha adhesión reduciría el riesgo de sufrir un ataque ruso, lo que 'a priori' allana el camino para que el Gobierno de Magdalena Andersson presente una solicitud formal.

Si Suecia se queda fuera de la OTAN, "no tendría las garantías de seguridad que implica ser miembro" y que suponen "un riesgo más bajo de acciones unilaterales" por parte de la vecina Rusia.

El informe apunta como hipótesis un ataque a la isla de Gotland, en el mar Báltico, indicó la prensa europea.

Los expertos estimaron que la adhesión a la Alianza Atlántica serviría como elemento de "disuasión" frente a un conflicto en la zona norte de Europa, según un documento de 43 páginas cuyas conclusiones apoyaron todas las formaciones a excepción del Partido Verde y del Partido de la Izquierda, informó la agencia Bloomberg. 

Así,  Suecia se encamina a romper con su neutralidad, en virtud de la cual quedó fuera de las dos guerras mundiales, según los analistas internacionales.

Ese país nórdico incluso evitó alinearse con algún bloque tras la caída de la Unión Soviética.

La invasión rusa a Ucrania cambió el pensamiento de los suecos, ya que si en enero sólo un 37 por ciento de la población respaldaba la entrada en la OTAN, el porcentaje ahora asciende al 53, según un sondeo de Novus publicado esta semana.