La formación conservadora de Los Republicanos (LR) destituyó a su líder por haber impulsado un pacto de extrema derecha, con vistas a las elecciones convocadas en Francia para el próximo 30 de junio.

Los rápidos acontecimientos políticos se producen tras la sorprendente decisión de Macron de convocar unas elecciones parlamentarias anticipadas en unas semanas. La votación podría dar el poder real al partido Agrupación Nacional de Marine Le Pen tras años al margen.

En una muestra del caos político generado por la decisión de Macron, la dirección de LR decidió el miércoles echar a su jefe, Eric Ciotti, después de que este apelara a una alianza electoral con RN.

Macron calificó tal acuerdo de "pacto con el diablo" que habría puesto fin a décadas de consenso político para impedir el acceso e la extrema derecha al poder. Ciotti afirmó en la red social X que la reunión de LR no siguió el protocolo: "Soy y seguiré siendo el presidente de nuestro partido político, elegido por los afiliados".        

El partido conservador francés Los Republicanos corría el riesgo de romperse este miércoles, alertó la prensa.

El llamamiento de Éric Ciotti, líder de Los Republicanos, a abandonar un consenso de décadas entre los principales partidos políticos de Francia y tratar de unir fuerzas con la extrema derecha resultó demasiado difícil de digerir para muchos en su partido, que fuera hogar del expresidente Jacques Chirac.

Los jefes del partido convocaron una reunión de urgencia y algunos anticiparon que el tiempo de Ciotti se había cumplido. "Ya no será presidente de Los Republicanos.Será despedido... no tiene legitimidad", declaró la senadora de la agrupación, Agnes Evren, a BFM TV. 

El presidente Emmanuel Macron, que desencadenó un terremoto político en Francia al convocar elecciones anticipadas tras su varapalo a manos de la extrema derecha en las europeas del domingo, habló ante los medios de comunicación este miércoles para dar cuenta de su decisión y de su plan de batalla electoral.

Los Republicanos no son los únicos que se vieron sacudidos por las elecciones anticipadas. Los partidos de izquierda francesa, divididos, se comprometieron a presentar candidatos comunes, pero aún no alcanzaron un acuerdo formal, lo que aumenta la incertidumbre sobre el resultado de las votaciones del 30 de junio y el 7 de julio.