Elecciones en España: ¿Puigdemont tiene la llave para destrabar el bloqueo político?
Ningún bloque de izquierda o derecha obtuvo suficientes escaños para formar una mayoría
El líder independentista catalán huido de la justicia española Carles Puigdemont podría tener la llave para desbloquear un estancamiento político después de que las elecciones del domingo terminaran en un parlamento indeciso.
El expresidente del Gobierno regional catalán, quien vive en un exilio autoimpuesto en Bélgica desde que lideró un intento fallido de independizar Cataluña de España en 2017, se encuentra inesperadamente con la posibilidad de desbloquear el empate electoral después de que ningún bloque de izquierda o derecha obtuviera suficientes escaños para formar una mayoría.
Una vía para salir del laberinto sería que el presidente del Gobierno, el socialista Pedro Sánchez, consiguiera un voto a favor, o al menos una abstención, para formar Gobierno con el partido Junts de Puigdemont a cambio de más concesiones sobre la independencia.
Las acciones españolas caían el lunes después de que las elecciones generales celebradas el fin de semana no arrojaran un ganador claro, y los inversores castigaron especialmente a los bancos y las energéticas.
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España se enfrentaba el lunes a una situación de bloqueo político después de que los partidos de derechas no lograran una victoria decisiva y de que no surgiera un ganador claro en las elecciones nacionales del domingo, dejando a los pequeños partidos regionales vascos y catalanes como piezas claves para formar Gobierno.
La derecha, al frente
El Partido Popular (PP), de centroderecha, y Vox, de extrema derecha, obtuvieron el mayor número de escaños en el Parlamento, con 169 combinados, por debajo de los 176 necesarios para una mayoría y desmintiendo las estimaciones de los sondeos.
Los socialistas (PSOE), en el Gobierno, y el partido de izquierda Sumar obtuvieron 153, pero tienen la posibilidad de negociar el apoyo de los pequeños partidos separatistas vascos y catalanes, como hicieron tras las elecciones de 2019.
Sánchez podría ganarse al partido separatista de izquierdas Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), como hizo para formar un Gobierno en minoría en 2020.
Pero es probable que también necesite el respaldo de Junts, de línea más dura, que no apoyó a Sánchez en los últimos cuatro años.
Junts, de centroderecha, no expresó una posición clara, pero prometió adoptar un enfoque más beligerante que ERC.
Su secretario general, Jordi Turull, comentó este lunes que aprovecharía la "ventana de oportunidad" creada por el impase electoral para lograr la independencia de Cataluña.
"El Estado sabe que si quiere negociar con nosotros, hay dos cuestiones que son fundamentales y generan consenso en Cataluña
que son una amnistía y la autodeterminación", declaró en una entrevista a la emisora de radio local RAC 1.
Turull fue uno de los nueve líderes separatistas catalanes encarcelados indultados por Sánchez en 2021.
Sin embargo, muchos más todavía se enfrentan a juicios por su papel, el principal de ellos Puidgemont, quien todavía ejerce una influencia considerable dentro de Junts, comentó a mediados de julio que su partido no apoyaría a Sánchez porque no era de fiar. A primera hora de este lunes tuiteó que Junts es un partido que cumple su palabra.
"Debemos seguir defendiendo Cataluña contra quienes nos quieren liquidar la lengua, la cultura, la nación", señaló, sin dar más detalles.
A merced de Puigdemont
"El PSOE está a merced de Puigdemont", señaló Ignacio Torreblanca, jefe de la oficina de Madrid del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores.
Tras ganar el mayor número de escaños, el PP tendrá la primera oportunidad de intentar reunir suficientes votos en el Congreso de los Diputados para ganar una votación de investidura.
Pero su alianza con el ultraderechista Vox y su dura postura frente al separatismo dificultarán el apoyo de cualquier otra facción.
"Es una situación muy difícil de resolver", comentó a la agencia de noticias Reuters un responsable de Vox.
Si ninguno de los dos bloques logra reunir el apoyo parlamentario suficiente para formar Gobierno, es posible que se celebren unas segundas elecciones.
Los resultados mostraron las profundas divisiones de la sociedad española. Sánchez convocó las elecciones en una apuesta después de que el PSOE sufriera un duro revés en las elecciones locales de mayo.
Sus oponentes políticos destacaron su confianza en los partidos separatistas regionales, afirmando que esto amenazaba a la propia nación.
Sin embargo, parecía que el PP necesitaría una alianza con Vox para gobernar, un resultado que habría llevado a los nacionalistas de línea dura al Gobierno por primera vez desde el final de la dictadura franquista y la vuelta de España a la democracia en los años setenta.
Sin embargo, los socialistas obtuvieron mejores resultados de lo que pronosticaban las encuestas, ayudados por una metedura de pata de última hora del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo.
No obstante, Feijóo se proclamó vencedor e instó a los demás partidos a no bloquear su intento de formar Gobierno por el bien de la estabilidad en España.
Reivindicaciones separatistas
También es probable que entren en juego los escaños de los partidos vascos. "De las elecciones sale una aritmética parlamentaria muy complicada, pero parece que nuestros votos volverán a ser decisivos", señaló este domingo por la noche Andoni Ortuzar, líder del partido nacionalista vasco moderado PNV. El PNV obtuvo cinco escaños en el Congreso.
Arnaldo Otegi, líder del partido separatista vasco EH Bildu, anticipó que definitivamente no apoyaría al PP y a Vox para formar gobierno.
"Si es por nosotros, 'no pasarán'", advirtió, utilizando un lema republicano de la época de la guerra civil, en referencia a PP y Vox. Su partido obtuvo seis escaños. Otegi no mencionó la posibilidad de apoyar una coalición de izquierdas.
El probable escaso margen de una votación de investidura significa que incluso el único escaño obtenido por otros grupos regionalistas —de Canarias, Galicia y Navarra— podría resultar decisivo.
La ley no fija un plazo para el proceso, pero si ningún candidato consigue la mayoría en los dos meses siguientes a la primera votación sobre el presidente del Gobierno, deberán celebrarse nuevas elecciones.