España decretó el uso obligatorio de tapabocas no solo en el transporte público, como era hasta ahora, sino también en espacios públicos cerrados y en la vía pública cuando no sea posible garantizar la distancia mínima de seguridad de dos metros, como forma de prevención de la transmisión del coronavirus.

Así lo acordaron el Gobierno y las Comunidades Autónomas en el seno del Consejo Interterritorial de Salud, al que asistieron el ministro de Sanidad, Salvador Illa, y los consejeros del área, según informaron fuentes del Ejecutivo español.

Este nuevo uso obligatorio quedará regulado en una orden ministerial que se publicará en los próximos días.

El domingo, el Ministerio de Sanidad adelantó que estaba preparando dicha orden, después de que varias Comunidades Autónomas, entre ellas, la de Madrid, la Generalitat de Cataluña o el País Vasco, reclamaran que fuera obligatorio usar los tapabocas en lugares públicos o incluso en la calle.

Si bien el Gobierno rechazaba imponer su uso y alegaba que podía acarrear problemas a determinados colectivos, como el propio director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón, que consideraba que "la mejor mascarilla son los dos metros de distancia" entre personas.