El papa Francisco recomendó este domingo a las familias escucharse entre sí para afrontar los conflictos y las dificultades que puedan atravesar y rechazó la
idea de que cada integrante opte por "aislarse con los teléfonos móviles o acusarse unos a otros, repitiendo siempre las mismas frases".

"El reto diario se gana con la actitud adecuada, con pequeñas atenciones, con gestos sencillos, cuidando los detalles de nuestras relaciones. Pero ¿cómo hacerlo? Nunca vayan a dormir sin haber hecho las paces, porque sino al día siguiente habrá una guerra fría", precisó el Sumo Pontífice durante su mensaje de Ángelus.

En la jornada en la que los católicos celebran la Sagrada Familia tras el día de Navidad, el Papa afrontó el tema de los problemas familiares y ante miles de fieles en la Plaza San Pedro sostuvo: "Para preservar la armonía en la familia, hay que luchar contra la dictadura del yo".

"Es peligroso cuando, en lugar de escucharnos, nos culpamos de nuestros errores; cuando, en lugar de preocuparnos por los demás, nos centramos en nuestras propias necesidades; cuando, en lugar de hablar, nos aislamos con nuestros teléfonos móviles; cuando nos acusamos unos a otros, repitiendo siempre las mismas frases, escenificando una obra de teatro ya vista en la que cada uno quiere tener razón y al final hay un frío silencio", agregó.

En ese sentido indicó: "¡Cuántas veces, por desgracia, nacen conflictos dentro de las paredes del hogar como resultado de silencios demasiado largos y egoísmos no curados! A veces incluso se llega a la violencia física y moral. Esto rompe la armonía y mata a la familia. Pasemos del ´yo´ al ´tú´".
Asimismo, pidió que en las familias "recen cada día un poco juntos, para pedir a Dios el don de la paz", el compromiso de "todos -padres, hijos, Iglesia, sociedad civil- a apoyar, defender y proteger la familia".

Por otra parte, Francisco recordó que durante el confinamiento por la pandemia de coronavirus la convivencia fue muy dura para muchos matrimonios y muchos han vivido su ruptura.

Por eso pidió que "no dejen de buscar ayuda para que los conflictos puedan superarse de alguna manera y no causen aún más dolor" a ellos y a sus hijos.

Así se lee en la carta publicada este domingo que el Papa escribió con motivo del año dedicado a la "La familia Amoris laetitia", a los cinco años de la publicación exhortación apostólica, y en la que el pontífice expresa también "cercanía y afecto" a los matrimonios que se han roto.

"Sin embargo, para algunos matrimonios la convivencia a la que se han visto forzados durante la cuarentena ha sido especialmente difícil. Los problemas que ya existían se agravaron, generando conflictos que muchas veces se han vuelto casi insoportables. Muchos han vivido incluso la ruptura de un matrimonio que venía sobrellevando una crisis que no se supo o no se pudo superar", explicó.

El Sumo Pontífice consideró que "la ruptura de una relación conyugal genera mucho sufrimiento debido a la decepción de tantas ilusiones", al tiempo que sostuvo que "la falta de entendimiento provoca discusiones y heridas no fáciles de reparar".

"Tampoco a los hijos es posible ahorrarles el sufrimiento de ver que sus padres ya no están juntos", completó Francisco.

Sin embargo, recomendó que "aún así, no dejen de buscar ayuda para que los conflictos puedan superarse de alguna manera y no causen aún más dolor entre ustedes y a sus hijos" y hay que buscar el perdón "que sana toda herida".

De todas maneras, destacó que la pandemia y el confinamiento han tenido como algo positivo el aumentar "el tiempo de estar juntos" y esto ha sido "una oportunidad única para cultivar el diálogo en familia".

"Claro que esto requiere un especial ejercicio de paciencia, no es fácil estar juntos toda la jornada cuando en la misma casa se tiene que trabajar, estudiar, recrearse y descansar", evaluó.

Por último, pidió "que el cansancio no les gane, que la fuerza del amor los anime para mirar más al otro, al cónyuge, a los hijos, que a la propia fatiga".