El papa Francisco pidió este miércoles "respeto" a los sitios religiosos en Ucrania, al mencionar el monasterio del que la Iglesia Ortodoxa Ucraniana (UOC), alineada con Rusia, enfrenta el desalojo .

Las autoridades ucranianas le dieron a la UOC como fecha límite el 29 de marzo para desalojar su sede en el histórico complejo Kyiv Pechersk Lavra, en el último movimiento contra una denominación que el gobierno tacha de prorrusa y colaboradora con Moscú.

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Refiriéndose específicamente al monasterio de Lavra, Francisco pidió a "las partes beligerantes [en Ucrania] que respeten los lugares religiosos", y elogió a las personas que dedican su vida a la oración, "sean de cualquier denominación".

El Papa formuló las declaraciones durante su discurso semanal ante la multitud en la Plaza de San Pedro y, en un aparente desliz según la interpretación de la agencia internacional de noticias Reuters, se refirió a las "monjas" del monasterio, que en realidad es el hogar de los sacerdotes ortodoxos varones.

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El patriarca Kirill

El 11 de marzo, el patriarca Kirill, jefe de la Iglesia ortodoxa rusa y partidario acérrimo de la invasión de Rusia, había pedido a Francisco y a otros líderes religiosos que persuadieran a Ucrania para que cesara su represión contra la UOC.

El Servicio de Seguridad de Ucrania registró las iglesias de la UOC, impuso sanciones a sus obispos y patrocinadores financieros y abrió procesos penales contra decenas de clérigos.

Los funcionarios de la iglesia dicen que ella y sus millones de adoradores son víctimas de una cacería de brujas.

La ortodoxia es la fe principal en Ucrania y la UOC, vinculada a Moscú, compitió por fieles con una Iglesia ortodoxa independiente, fundada después del colapso soviético en 1991, pero reconocida por la jerarquía eclesiástica sólo en 2018.

La iglesia independiente ganó en tamaño y seguidores desde la invasión, concluyó Reuters.