El papa Francisco condenó este miércoles la última oleada de ataques con misiles contra Ucrania, pidiendo un cese del fuego para evitar el riesgo de escalada del conflicto y rogando a Dios que "se dé prisa" en ponerle fin.

El Santo Padre habló en su audiencia general en la Plaza de San Pedro, mientras los aliados de la OTAN investigan informes no confirmados de que una explosión en un pueblo polaco cerca de la frontera con Ucrania fue causada por misiles rusos. Francisco no mencionó el incidente.

"Me enteré con dolor y preocupación de un nuevo y aún más feroz ataque con misiles contra Ucrania, que causó muertes y daños a muchas infraestructuras civiles", dijo el Sumo Pontífice en italiano.

El Papa añadió: "Recemos para que el Señor convierta los corazones de quienes aún apuestan por la guerra y haga prevalecer el deseo de paz en la martirizada Ucrania para evitar la escalada y abrir el camino hacia el cese del fuego y el diálogo".

El Papa pide a Dios que "se dé prisa" en acabar con la guerra de Ucrania y condena ataques con misiles

Foto: NA-Vatican Media/­Handout via Reuters

Unos minutos después, en otros comentarios, oró: "Podemos rezar por Ucrania diciendo, si quieres, 'date prisa, Señor'".

Los ataques del martes

Rusia lanzó el martes 110 misiles y 10 drones de ataque de fabricación iraní contra Ucrania, informó el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas ucranianas.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, dijo que el principal objetivo de la andanada de misiles era la infraestructura energética, aunque añadió que sólo se habían alcanzado 10 objetivos previstos en total.

Los ataques dejadron a millones de ucranianos sin energía en 16 de sus 24 regiones, incluida Kiev, dijo la oficina humanitaria de la ONU (OCHA).

El mes pasado, Francisco, por primera vez, rogó directamente al presidente ruso Vladimir Putin que detuviera la "espiral de violencia y muerte" en Ucrania.

Mencionó a este país en casi todas sus apariciones públicas y en varias ocasiones advirtió que la crisis ponía en riesgo el uso de armas nucleares, con consecuencias mundiales incontrolables.

Por Philip Pullella, de la agencia Reuters