El Kremlin elogió el miércoles al difunto líder soviético Mijaíl Gorbachov como un extraordinario estadista que ayudó a poner fin a la Guerra Fría, pero que se había equivocado mucho sobre la perspectiva de un acercamiento al Occidente "sanguinario".

Los comentarios destacaron la visión que el presidente Vladimir Putin tiene sobre el colapso de la Unión Soviética en 1991, que Gorbachov presidió involuntariamente, y que el líder del Kremlin ha lamentado como la mayor catástrofe geopolítica del siglo XX y que revertiría si tuviera la oportunidad.

Putin, que el 24 de febrero comenzó lo que denominó "operación militar especial" de Rusia contra Ucrania, una de las 15 antiguas repúblicas soviéticas, ha dicho antes que la desaparición de la Unión Soviética supuso la "desintegración de la Rusia histórica" y de lo que había construido durante 1.000 años.

Si bien muchos en los países occidentales veneran a Gorbachov, fallecido el martes en Moscú a los 91 años, por haber contribuido a poner fin a la Guerra Fría, muchos rusos lo consideran un político torpe que destruyó accidentalmente un gran país, desencadenando años de penurias económicas, humillación y pérdida de peso geopolítico.

Otros dentro de Rusia, sobre todo los que han criticado durante mucho tiempo lo que dicen que ha sido la brutal represión de Putin contra la disidencia y la libertad de expresión, ven a Gorbachov como un demócrata y alguien que intentó hacer lo correcto.

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En un telegrama cuidadosamente redactado dirigido a los familiares de Gorbachov, Putin expresó sus condolencias, describiendo al fallecido líder como alguien que tuvo una enorme influencia en la historia del mundo y que había intentado reformar la URSS.

"Dirigió nuestro país durante un período de cambios complejos y dramáticos y de enormes desafíos económicos y sociales en materia de política exterior", dijo Putin, que trabajaba en el servicio de seguridad KGB cuando Gorbachov estaba en el poder.

Sin embargo, Putin, más allá de la escueta declaración, no ofreció ninguna valoración de la etapa de Gorbachov entre 1985 y 1991.

Dmitry Peskov, el portavoz de Putin, fue más contundente. Describió a Gorbachov como un extraordinario estadista que había ayudado a poner fin a la Guerra Fría, pero cuyo papel en la historia fue controvertido.

"Quería creer sinceramente que la Guerra Fría terminaría y que daría paso a un periodo de romance eterno entre una nueva Unión Soviética y el mundo, Occidente", dijo Peskov.

"Este romanticismo resultó ser erróneo. No hubo ningún periodo romántico, no se materializó una luna de miel de 100 años, y se demostró la naturaleza sanguinaria de nuestros adversarios. Es bueno que nos hayamos dado cuenta a tiempo y lo hayamos comprendido", añadió Peskov.

Un legado que divide

Gorbachov sufrió problemas de salud intermitentes durante años y rara vez se le veía en público, pero ocasionalmente había hecho llamamientos para mejorar los lazos entre Oriente y Occidente y trató de fomentar un mayor diálogo entre Washington y Moscú sobre las armas nucleares.

Algunos residentes de Moscú dijeron a Reuters que tenían una visión mayoritariamente negativa de Gorbachov, pese a que lamentaban su fallecimiento. "A finales de la década de 1980, nos parecía que era alguien que iba a cambiar la Unión Soviética en el buen sentido", dijo Vladimir Kalintsov. "Sin embargo, al final resultó ser alguien que colapsó la Unión Soviética (...) y eso llevó a muchas guerras en las antiguas repúblicas soviéticas".

Larisa Kalashnikova, otra residente de Moscú, dijo: "Tengo una visión negativa de él. Hizo mucho daño a nuestro país". En San Petersburgo, la segunda ciudad de Rusia, Oleg Tikhomirov, un artista, tenía una opinión más positiva.

"Es una verdadera lástima", dijo sobre su muerte. "Creo que fue el más amable y humano de todos nuestros presidentes y nos dio libertad, algo de lo que no tenemos suficiente ahora".

Los beligerantes programas de entrevistas políticas que han constituido el grueso de la programación de la televisión estatal rusa desde que Putin envió sus tropas a Ucrania ignoraron en gran medida la muerte de Gorbachov.

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En el canal Rossiya-24, una tertulia mostró una lista de homenajes a Gorbachov en medios de comunicación occidentales, mientras la presentadora Olga Skabeyeva apuntaba que las reacciones en Rusia serían "fundamental y radicalmente diferentes", pero que sería "indecente" discutirlas tan pronto después de su muerte.

El político opositor encarcelado Alexei Navalny tuvo palabras cariñosas para el último líder de la Unión Soviética, señalando que había ordenado la liberación de los presos políticos.

"Estoy seguro de que su vida y su historia, que fueron fundamentales para los acontecimientos de finales del siglo XX, serán evaluadas mucho más favorablemente por la posteridad que por los contemporáneos", según un mensaje de Navalny publicado en Twitter por sus aliados.

El premio Nobel Dmitry Muratov, un amigo que edita Novaya Gazeta, un periódico que Gorbachov ayudó a financiar y que a menudo ha sido crítico con las autoridades, dijo que el difunto político despreciaba la guerra y la realpolitik.

"Hizo al mundo y a su país un regalo improbable: 30 años de paz, sin la amenaza de una guerra global o nuclear. El regalo se acabó y no habrá otro", escribió Muratov.

Vladimir Ryzhkov, antiguo miembro del parlamento ruso y crítico del Kremlin, alabó a Gorbachov por liberar a cientos de millones de personas de la tiranía y por reducir drásticamente el número de cabezas nucleares.

Gorbachov dio a Rusia la oportunidad de libertad, agregó. "No es culpa suya que no hayamos podido usarla".

(Reporte desde Moscú de la agencia de noticias británica Reuters).