El 11 de Septiembre es un día que me levanté como cualquiera, miré como cualquiera el atentado por televisión, era un día de sol y era el día del maestro en Argentina, estaba con mis hijos, nunca imaginé todo lo que la vida me iba a traer después.

Saber que un hermano murió así, es algo que supera la cabeza, es algo demasiado fuerte porque es privado y público a la vez, tengo un dolor inconmensurable, es algo muy difícil de digerir, es algo muy difícil de sanar, ya veinte años y recién va cerrando un poco mi herida y comprendiendo lo que pasó.

Mi hermano se llamaba Guillermo Chalcoff, él estaba trabajando en la torre Norte en el piso 93, justo donde impactó el primer avión y así como impactó se esfumó toda su vida, sus proyectos, sus vivencias. No quedó nada, absolutamente nada.

Queda todo en nuestro corazón, en nuestra memoria, en los momentos compartidos, en todo lo que nos hubiera gustado compartir y no se pudo.

Año a año y más este me mueven mucho. Hoy no podría re precisar una conversación porque la cabeza bloquea un poco estas cosas, duelen mucho.

Ni siquiera pensé que el podría estar cerca de las Torres Gemelas, realmente ese día vi el atentado totalmente despreocupada y no pensé en mi hermano, ni se me ocurrió que podría estar ahí.

Estaba impactada por que era un atentado que cambiaría la historia para siempre del mundo, después me enteré que también cambiaría mi historia.

En el año 2010 volví a Nueva York, no podía volver antes, realmente no pude. Estuve en la pileta que correspondía a la torre Norte donde estaba grabado el nombre de mi hermano y fue como el primer contacto directo, fue mi primera tomada de conciencia de una despedida.

Es muy difícil despedirse cuando no hay un lugar, eso realmente me ayudó muchísimo. Dos años después regresé y en el memorial hay un cuarto para los familiares de sobrevivientes donde se puede escribir y están todos los recuerdos de las víctimas y ahí sentí realmente que pude despedirme.

Aprendí que uno aprende a duelar en otras cosas: en una planta que le gustaba, en una flor que a él le gustaba, en alguna serie que le gustaba, en alguna canción que le gustaba, en esa pequeñas cosa aprendí a rememorarlo.

Mi homenaje sería mostrar que todo lo que pasó no fue en vano, a mi hermano lo mataron por una situación ideológica, él no tenía nada que ver.

El gran homenaje sería esa ideología pudieran empezar a desaparecer y se pudiera acercar un poco todo y que la famosa grieta se podría ir cerrando.

Mariana Chalcoff Klein, hermana de Guillermo.