La vicepresidenta de Ecuador, Verónica Abad, consideró que su reciente traslado de Israel a Turquía tuvo como intención "silenciarla" para que no se interfiera "en la campaña política" del presidente de su país, Daniel Noboa

"La intención final es silenciarme. El Gobierno busca acallarme una vez más para que no interfiera en su campaña política, en la que evidentemente ya está inmerso. Mi traslado a Turquía no ha sido debidamente preparado. Hemos estado en diversas mesas de trabajo donde se han cometido atropellos administrativos que vuelven a afectar a mi familia", aseguró en una entrevista al diario español El País.

Abad explicó que se le planteó que dejase a sus hijos en Israel y que viajase sola a Turquía. "No es cierto que el traslado sea por razones de seguridad. El Gobierno y la canciller mienten. El equipo diplomático, por ejemplo, ha decidido quedarse en Israel, mientras que yo tengo que irme sola", explicó.

La funcionaria ecuatoriana permanecía en Tel Aviv desde diciembre pasado, cuando Noboa, con quien no mantiene buenas relaciones, la envió como "embajadora extraordinaria y plenipotenciaria", tras haberle asignado como única función "colaborar" por la paz, "para evitar el escalamiento del conflicto entre Israel y Palestina".

Abad acusó hace algunos meses al Ejecutivo de "persecución política" e incluso mencionó la "violencia política de género".  "Estas son las presiones para que renuncie y abandone el cargo por mi cuenta. El pésimo enemigo, como el propio presidente se ha calificado, no tiene límites", sentenció.

El 8 de agosto, la vicepresidenta presentó una denuncia ante el Tribunal Contencioso Electoral (TCE) contra Noboa, la canciller ecuatoriana Gabriela Sommerfeld, el viceministro de Gobierno Esteban Torres y la asesora presidencial Diana Jácome, por presunta violencia política de género.

Sobre este asunto, Abad comentó que "las pruebas son públicas", de acuerdo con una publicación del sitio dw.

"No sé qué más pretende el presidente; esto sobrepasa cualquier película de horror y terror. ¿Qué más va a hacer para forzar mi renuncia? Lo único que falta es que me quiten la vida. Porque no existe otra forma, ni el Gobierno noboísta puede inventarse un mecanismo para evitarlo. Por más que calumnien mi nombre y destruyan a mi familia, como lo están haciendo. Esto tiene que ver con el pilar fundamental de un país, que es la democracia", protestó finalmente Abad.