Unos 70 millones de habitantes de la costa atlántica de los Estados Unidos sentirán a partir de mañana el impacto de huracán Isaías, que se está desplazando desde las Bahamas hacia la península de Florida.

Si bien el Centro Nacional de Huracanes advirtió que en el curso del sábado Isaías se debilitó y pasó a ser una tormenta tropical, se prevé que a partir de la noche del sábado recuperará las características de huracán, con vientos superiores a los 120 kilómetros por hora.

En el mismo sentido se expresó el Servicio Meteorológico Nacional estadounidense, al señalar que espera que Isaías “se fortalezca a un huracán durante la noche mientras se acerca a la costa sudeste de Florida”.

Se estima que el impacto va a ser significativo en la costa este de la península de Florida y en el estado homónimo en general, aunque la ciudad de Miami no estará entre las zonas más perjudicadas.

Al respecto, el alcalde de Miami Dade, Carlos Giménez, afirmó en su cuenta oficial de twitter que la ciudad “está bajo una advertencia de tormenta tropical”, de menor intensidad que un huracán.

De todos modos, pese a reconocer que el huracán no afectará con gravedad a su condado, advirtió que “podemos experimentar fuertes vientos y lluvia” y recomendó a la población que permanezca en sus hogares.

Miami cuenta con 20 refugios, pero hasta el momento las autoridades no han emitido una orden de evacuación.

Por otra parte, la compañía de electricidad Florida Power & Light (FPL) consideró que el huracán podrá afectar el servicio a muchos de sus usuarios y que su restitución estará condicionada a lo que pueda hacer su personal en medio de la pandemia de coronavirus.

De todos modos, la empresa, al igual que el alcalde Giménez, relativizó los alcances del fenómeno meteorológico, al que prefirió denominarlo “tormenta peligrosa y dañina”.