El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, sancionó un proyecto de ley que veta la obligatoriedad de usar barbijo en lugares cerrados, como comercios, templos religiosos y escuelas, entre otros lugares donde pueda haber reunión de personas.

Además, en dicho proyecto, vetó otras cláusulas que obligaban al Estado a distribuir públicamente barbijos entre los sectores más vulnerables de la población, así como también exceptuó a las empresas a suministrarlos en forma gratuita a sus trabajadores y a los establecimientos a proporcionárselos a sus clientes.

No obstante, los vetos de Bolsonaro aún deben ser analizados por el Congreso y no anulan las legislaciones aprobadas en algunos estados y municipios en los que ya es obligatorio el uso de barbijos en espacios públicos, bajo pena de multa en algunos casos, como en Brasilia y Sao Paulo.

Hasta el momento la ley aprobada por el Parlamento obligaba a la población a utilizar los tapabocas en el contexto de la emergencia sanitaria e instaba a mantener "boca y nariz cubiertos por máscaras de protección individual" en espacios y vías públicas, así como en el transporte colectivo o por aplicación.

En una de sus habituales transmisiones a través de las redes sociales criticó el proyecto porque según él, existía la posibilidad de ser multado por estar en casa sin máscara.

"Hoy firmé varios vetos a un proyecto de ley que hablaba sobre el uso obligatorio de máscaras, incluso dentro de casa. Nadie va a entrar en tu casa para multarte", dijo el mandatario, aunque en el texto del proyecto no había ninguna alusión a esa posibilidad.

Un mes atrás, un juez federal dictaminó que Bolsonaro tenía que usar la máscara preventiva cuando esté en público, pero el mandatario ha circulado por las calles de Brasilia sin barbijo y también ha participado en manifestaciones a su favor, donde no se respetaban las medidas de aislamiento social.

Luego, un tribunal de segunda instancia anuló esa decisión tras un recurso de la Abogacía General de la Unión, que representa los intereses del Estado brasileño.

Brasil es el epicentro latinoamericano de la pandemia y el segundo país con más contagios (casi 1,5 millones) y muertes (61.884) causadas por el patógeno, según el último balance del Ministerio de Salud de ese país.