Aviones israelíes intensificaron sus ataques contra el centro de Gaza el domingo, informaron residentes y médicos, mientras se libraban batallas entre los escombros de ciudades y campos de refugiados en una guerra que, según el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, tardará "muchos meses más" en terminar.

Los ataques aéreos sobre Al Maghazi y Al Bureij, en el centro del enclave palestino, dejaron ocho muertos en una casa y obligaron a muchas personas a huir a Rafah, en la frontera con Egipto, desde las líneas del frente donde los tanques israelíes combaten a los militantes de Hamás.

Un video de la Media Luna Roja publicado el domingo mostraba las caóticas consecuencias de los ataques en el centro de Gaza, mientras los equipos de rescate trabajaban en la oscuridad para sacar a un niño herido de entre los escombros humeantes.

El objetivo declarado del Ejército israelí es eliminar a Hamás, el grupo militante palestino que lanzó un asalto transfronterizo por sorpresa el 7 de octubre, matando a 1.200 personas, en su mayoría civiles, y tomando 240 rehenes.

Según las autoridades sanitarias de Gaza, gobernada por Hamás, los bombardeos aéreos y de artillería israelíes han matado a más de 21.800 personas, mientras se teme que muchas más estén bajo los escombros, y han expulsado de sus hogares a casi todos sus 2,3 millones de habitantes.

Las cifras de víctimas del Ministerio de Sanidad palestino no distinguen entre combatientes y civiles, pero la cartera ha declarado que el 70% de los muertos de Gaza eran mujeres y menores de 18 años. Israel cuestiona las cifras de bajas palestinas y afirma que ha matado a 8.000 combatientes.

La guerra y la falta de suministros han dejado al 40% de los habitantes de Gaza en riesgo de hambruna, dijo el sábado el director para Gaza de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos.

Israel bloqueó la mayor parte de los alimentos, el combustible y los medicamentos tras el ataque del 7 de octubre. El domingo dijo que estaba dispuesto a permitir que barcos de algunos países occidentales llevaran ayuda directamente a las costas de Gaza, tras realizar controles de seguridad en Chipre.

El domingo había palestinos sentados fuera de sus tiendas improvisadas en Rafah, encajonadas entre las ruinas de las casas destruidas por los bombardeos, mientras algunos buscaban comida o agua potable, mostraron fotografías de Reuters. En el centro de Gaza, un humo oscuro se elevaba por encima de los combates.

¿Adónde irá la gente?

Estados Unidos ha instado a Israel a que reduzca la intensidad de la guerra, y los países europeos han mostrado su alarma por el alcance del sufrimiento de la población civil palestina.

Sin embargo, las declaraciones de Netanyahu del sábado, en las que afirmó que no dimitiría a pesar de que los sondeos de opinión muestran que su gobierno es ampliamente impopular y defendió su historial de seguridad a pesar del ataque de octubre, indican que no habrá un alivio a corto plazo.

Afirmó que "la guerra está en su punto álgido" y que Israel tendría que retomar el control de la frontera de Gaza con Egipto.

La retoma de la frontera podría suponer también una revocación de facto de la retirada israelí de Gaza en 2005, lo que plantearía nuevos interrogantes sobre el futuro del enclave y las perspectivas de un Estado palestino.

En sus últimas declaraciones como ministro de Asuntos Exteriores antes de pasar el domingo a la cartera de Energía, Eli Cohen afirmó que la frontera era el probable origen del armamento que Hamás había obtenido en los últimos años.

El Ministerio de Asuntos Exteriores de Egipto no comentó de inmediato los planes israelíes de retomar la zona fronteriza ni si habían entrado armas para Hamás en Gaza desde Egipto.

"Nos trasladamos aquí desde Jan Yunis sobre la base de que Rafah era un lugar seguro. No hay espacio en Rafah porque está abarrotada de desplazados", sostuvo Umm Mohammed, de 45 años, una mujer palestina refugiada junto a la frontera.

"Si controlan la frontera, ¿adónde irá la gente?", se preguntó, afirmando que la situación sería "un desastre".

La guerra corre el riesgo de convertirse en un conflicto regional más amplio en el que participen Irán, aliado de Hamás, y otros grupos a los que Teherán apoya en Oriente Medio.

Israel y Hezbolá, el grupo libanés apoyado por Irán, han intercambiado fuego transfronterizo con regularidad, y el Ejército israelí afirmó haber atacado objetivos en Líbano el domingo.

Israel ha atacado objetivos vinculados a Irán en Siria, mientras que grupos apoyados por la república islámica han atacado objetivos estadounidenses en Irak.

Israel afirma que 174 militares han muerto en los combates de Gaza, pero que sus operaciones están progresando, incluso con la destrucción de algunos túneles de Hamás bajo el enclave.

Hamás y la Yihad Islámica -que han jurado la destrucción de Israel- han afirmado que siguen atacando a las fuerzas israelíes que operan en el enclave.

(Reportes de Nidal al-Mughrabi en El Cairo, Arafat Barbakh en Gaza y Dan Williams en Jerusalén. Escrito por Richard Cowan y Angus McDowall. Editado en español por Javier Leira, Reuters)