Astronautas varados en el espacio: cómo sobrevivirán hasta su rescate en febrero
Hasta que los rescaten en febrero de 2025, tendrán como rutina trabajar y cuidar su higiene personal, ir al baño, comer y beber, mantenerse sanos y en buena forma física.
Los astronautas Sunita Williams y Barry Wilmore, que tripulaban la averiada nave espacial Boeing Starliner, tendrán que permanecer seis meses más en la Estación Espacial Internacional (EEI), a 400 km de altitud, en la órbita terrestre baja.
Viajaron el 5 de junio en una misión que duraría 8 días y desde entonces están en el espacio; ahora a la espera de que la nave de SpaceX Crew Dragon los traiga de vuelta en febrero de 2025,
La NASA informó finalmente que la cápsula emprendió el regreso a Tierra sin tripulantes, a los que SpaceX se encargará de devolver a casa, por US$2.600 millones.
La empresa de Elon Musk lleva nueve vuelos tripulados al espacio para la NASA, además de algunas misiones comerciales, mientras que Boeing cumple un contrato con la NASA por un valor de US$4.200 millones.
Los tiempos cambiaron y seguramente Sunita Williams y Butch Wilmore -dos veteranos del espacio, que entre ambos sumaban más de 500 días en órbita antes de la prueba de la Starliner– no la pasarán tan mal como cuando le tocó al ruso Sergei Krikalev, integrante de la la misión Soyuz TM-12 hace más de tres décadas, y tuvo que sobrevivir porque “se olvidaron de él” en el marco de la caída de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
Cómo es la vida cotidiana en el espacio
Durante la permanencia en la Estación Espacial Internacional (ISS), por prolongada que se haya vuelto, los astronautas deben seguir viviendo y trabajando en un entorno muy distinto al de la Tierra: cuidar su higiene personal, ir al baño, comer y beber, y mantenerse sanos y en buena forma física.
Las condiciones de ingravidez en la ISS los obligan a adaptar dichas actividades en consecuencia.
Estarán solos los dos astronautas varados hasta que, desde el 24 de septiembre, se integren en la Expedición 72 que emprenderá la Crew 9 con sus tripulantes y se prolongará hasta marzo.
Tendrán en qué entretenerse, porque, al igual que en misiones similares anteriores, realizarán experimentos en condiciones de microgravedad, se llevarán a cabo tareas de cooperación y mantenimiento de la nave y se realizarán caminatas espaciales fuera de la estación, entre otras funciones que forman parte de un calendario definido y organizado casi al milímetro.
Por el abastecimiento de suministros no tendrán que preocuparse, porque les llegan, pero aun así están obligados a racionar el agua, la comida y reducir al mínimo los desechos que generan.
Tienen un tutorial, con los clips filmados durante la misión OasISS del astronauta de la ESA Frank De Winne, donde se explica cómo se vive a bordo de la ISS.
Otro antecedente fue hace 50 años, y tuvo como protagonistas a los tripulantes de la misión Apolo 13 a la Luna, Jim Lovell, Jack Swigert y Fred Haise, quienes sobrevivieron a una explosión en el módulo de servició que causó un escape de oxígeno y tuvieron que replegarse en el módulo de servicio, que era para dos.
La comida deshidratada que traían tenía que mezclarse con agua caliente, con la que no contaban. Lovell reconoció después que casi no comió después del accidente y perdió 6 kilos en esos días.
Los astronautas hasta tuvieron que secar los paneles de control que estaban húmedos por temor a un corto circuito. Eso hubiera sido catastrófico en ese ambiente cerrado, pero regresaron sanos y salvos.
Flotación de interiores
Sunita Williams y Barry Wilmore flotan en el interior de la cápsula debido a que en la Estación Espacial Internacional (ISS) ningún peso empuja las cosas hacia abajo, como en la Tierra.
La Estación orbita la Tierra tan rápido (28.000 kilómetros por hora), a la velocidad y en la dirección correctas, que no cae hacia la Tierra sino que lo hace permanentemente alrededor de la Tierra.
Inclusve deben cepillarse los dientes con la boca tan cerrada como sea posible, para evitar que el dentífrico salga flotando. Asimismo, la ISS cuenta con un inodoro especial (situado en el módulo ruso Zvezsda), al que hay que amarrarse cuando se hace uso.
Los astronautas pueden elegir el menú que prefieran, siempre que sus valores nutritivos y calorías se encuentren dentro de los márgenes establecidos: 2.800 calorías al día.
Las bandejas de comida se preparan en Tierra para cada uno y se envían a la ISS antes de su llegada.
Las bandejas se guardan etiquetadas en uno de los módulos. Las rojas son de comida para Rusia y las azules son las enviadas desde Estados Unidos y Europa.
Como la ingravidez dificulta hasta la utilización del ordenador y los paseos espaciales pueden ser agotadores al provocar un gran esfuerzo muscular, le dedican tiempo al ejercicio corporal.
A bordo disponen de una cinta rodante y una bicicleta estática (sin ruedas), a las que destinan al menos dos horas diarias.
Y para conservan sus huesos y músculos en buen estado, ejercitan su resistencia con distintas poleas y cuerdas, como las de un gimnasio de la Tierra.