Alemania formó una alianza con varios países de la Unión Europea (UE) para oponerse a la prohibición de los motores de combustión interna, que utilizan
nafta y gasoil, a partir de 2035, tal como lo había establecido ese bloque

Apoyaron la postura de Alemania otras naciones como Italia, República Checa, Eslovaquia, Polonia, Rumania y Hungría. De hecho, todos sus ministros de Transporte celebraron recientemente una reunión para debatir qué debe cambiar en la norma actual.

"La propuesta necesita cambios urgentes", señaló Volker Wissing, el ministro de Transportes alemán en declaraciones a la agencia británica Reuters, y añadió: "La prohibición del motor de combustión, cuando puede funcionar de manera climáticamente neutral, nos parece un enfoque equivocado".

Por su parte, Oliver Blume, CEO de Volkswagen, consideró que Alemania está "tomando las medidas apropiadas" para garantizar que el auto de combustión no desparezca, algo que pasará en doce años si el texto aprobado por el Parlamento Europeo queda tal cual se definió en su momento.

Otro tema de interés fue la aplicación de la norma Euro 7, que entraría en vigencia en 2025 y que implica reducir las emisiones de óxido de nitrógeno (NOx) en un 35 por ciento para los vehículos ligeros (autos y furgonetas) y en un 56 por ciento para los vehículos pesados con respecto a la anterior norma Euro 6. Las partículas finas tendrán que reducirse en un 13 por ciento para los vehículos ligeros, pero en un 39 por ciento para los vehículos pesados.

Como alternativa, el bloque que encabeza Alemania aspira a que se elaboren combustibles sintéticos -mezcla de hidrógeno y carbono- que podrían utilizarse en autos nafteros.

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Frente a esta petición, la UE agregará un nuevo apartado a las reglas de emisiones para permitir que ciertos vehículos nuevos con motores de combustión interna que usen combustibles sintéticos puedan venderse después de 2035.

Las marcas más beneficiadas serían Porsche y Ferrari, fabricantes de autos de lujo, pero se estima que en el corto plazo otras afamadas compañías del sector también se incorporarán a la excepción.

Por el momento, Porsche y Siemens Energy, ambas de origen alemán, se asociaron para construir en Chile una planta industrial, dedicada a la producción de un combustible prácticamente neutro, y se supone que harán lo propio en otros lugares del mundo.