Decenas de personas, que viajan desde el estado Chiapas en dirección a Ciudad de México, se enfrentaron con agentes de la Guardia Nacional y del Instituto Nacional de Migración: al menos 30 centroamericanos fueron arrestados y otros resultaron heridos.

Además, cinco uniformados sufrieron lesiones de gravedad. El grupo de extranjeros pide a las autoridades mexicanas regularizar su estancia para que puedan continuar su camino hacia los Estados Unidos.

Un nuevo choque violento entre decenas de centroamericanos y autoridades de México retrata la crisis migratoria que parece no tener fin. 

Más de un centenar de extranjeros rezagados de una caravana, de aproximadamente 4.000 personas que avanza desde el sur de México desde octubre pasado, se enfrentaron con los efectivos de la Guardia Nacional que intentaron detenerlos en una carretera que une las poblaciones de Pijijiapan y Tonalá, en el estado Chiapas.

Los migrantes lanzaron piedras y palos a los agentes que intentaron detenerlos y según el relato de testigos citados por Reuters, posteriormente algunos de los extranjeros “fueron brutalmente golpeados”, mientras los oficiales intentaron rodearlos con sus escudos.

"Todo fue caótico. No está bien que las autoridades sigan actuando de esta manera. A pesar de toda la represión no vamos a parar", afirmó Luis García, uno de los organizadores de la caravana

Videos compartidos por la prensa local muestran a varios migrantes que bajan de su vehículo a un agente y lo golpean en el piso hasta dejarlo inconsciente.

En un comunicado, la Guardia Nacional aseguró que entre 100 y 150 personas de diferentes nacionalidades agredieron a los uniformados y cinco de ellos sufrieron “lesiones de consideración".

Como resultado, también un número aún no precisado de extranjeros resultaron heridos y 30 fueron arrestados, de acuerdo con reportes de la prensa mexicana.

Mientras migrantes y autoridades chocan a lo largo del país, las políticas de México y los Estados Unidos siguen sin resolver una crisis que por el contrario va en aumento.

Según cifras reveladas el pasado 2 de noviembre por la Comisión Mexicana de Ayuda al Refugiado (Comar), el gobierno mexicano ha recibido 108.195 peticiones de asilo entre enero y octubre de 2021; el mayor registro de estas peticiones en la historia del país.

En los primeros diez meses del año el número se ha triplicado en comparación con el mismo período de 2020, cuando fueron reportados 41.000 trámites.

El flujo migratorio se vio exacerbado en medio del aumento de la violencia y el desempleo en países como Guatemala y Haití, que hace que miles huyan de sus lugares de origen.

Pero la mayoría asegura que se ve atrapada durante su paso por México, cuyas autoridades han endurecido las medidas para evitar el tránsito de migrantes hacia los Estados Unidos, por presión del vecino país.

Aún no hay una solución integral y la oferta de visas humanitarias para algunos de los más vulnerables como mujeres y niños son recibidas con desconfianza por parte de los migrantes, que lo consideran un posible engaño para devolverlos a Tapachula, ciudad mexicana donde su paso estuvo detenido por meses, o incluso deportarlos a sus naciones de origen.

Muchos piden una regularización que les permita desplazarse por el territorio mexicano, sin riesgos, mientras continúan su viaje rumbo a los Estados Unidos, indica el sitio France24.com