Migrantes: se desintegran las caravanas en México y son engañados los que llegan a Europa
Las vicisitudes de familias completas que dejaron sus hogares en países de América Central, África y Asia con rumbo a los Estados Unidos y la Unión Europea respectivamente.
Dos caravanas que partieron en los últimos días del estado mexicano de Chiapas se desintegran tras alcanzar un acuerdo con el instituto migratorio del país, mientras que a las puertas de Polonia continúa el sufrimiento de miles de africanos y asiáticos que se frustran en el intento de entrar a la Unión Europea.
En un comunicado, el organismo destacó que para evitar la concentración masiva de migrantes, se agilizó el traslado de los indocumentados a otros estados, donde les entregarán visas humanitarias de manera ordenada. Tendrán prioridad mujeres, menores de edad, adultos mayores y personas con alguna discapacidad.
En principio, todos esos migrantes que salieron de países de América Central se dirigían resueltamente con rumbo norte porque no tenían visas: querían entrar a los Estados Unidos.
Mientras tanto, en medio de la tensión entre Bielorrusia y Polonia por el gran flujo de civiles africanos y asiáticos que quieren ingresar a la Unión Europea, los refugiados sufren estafas y maltratos de delincuentes que les prometen hacerlos traspasar la barrera hacia suelo polaco. Entretanto, la OTAN se reunirá para analizar la respuesta de las acciones bielorrusas y de Rusia, que incrementó su presencia militar en el límite con Ucrania.
Diferentes emisiones de Actualidad.rt.com y del canal France 24 documentan lo que sufren las personas en América y Europa estos días.
Ya en el viejo continente, dos sirios denunciaron a la televisión francesa que debieron pagar 3.400 mil dólares a "coyotes" en Turquía.
"Mienten. Te dejan abandonado. Dicen que no son responsables de tu vida. Muere o lo que quiera que pase", nos dijeron.
Ellos cuentan que eran conducidos supuestamente a lugares seguros en Polonia, pero muchos pasos fueron cerrados
Así, los migrantes que salen de diferentes países de África y Asia, terminan engañados por los contrabandistas, devueltos por los guardias fronterizos polacos o empujados por las autoridades bielorrusas más allá del alambre de púas.
Los contrabandistas de seres humanos han llegado a cobrar 7.000 dólares a migrantes que partieron desde Irak, Siria o África subsahariana, a menudo convencidos por los rumores de que las fronteras entre Belarús y Polonia o Lituania están "abiertas", de que entrar en la Unión Europea sería fácil.
Con la esperanza de lograr su sueño europeo, los migrantes acudieron en masa, para darse cuenta pronto de que la realidad es completamente diferente a lo que les dijeron.
Cuando se enteró de que Belarús estaba ofreciendo visas a los iraquíes, Mostafa Mohsin no lo pensó dos veces. Llevaba años soñando con dejar Irak, harto de la violencia, el desempleo y la corrupción. Como aspirante a periodista, decidió filmar su experiencia: el momento en que se despidió de su madre, sus vuelos a Dubái y luego a Minsk, comprando materiales para acampar en el bosque y cortar el alambre de púas en las vallas fronterizas y finalmente, su llegada a Alemania.
Aunque Mostafa tuvo éxito, con la esperanza de obtener eventualmente el estatus de refugiado, otros se quedaron atrapados en el lado bielorruso de la frontera.
Sirwan (no es su nombre real), que es kurdo, participó en una movilización masiva de migrantes el 8 de noviembre, alentado por videos en algunas páginas de Facebook para reunirse y hacer una entrada colectiva en Polonia.
Él, como la mayoría de los que lo acompañaban, tuvo que quedarse en un campamento improvisado frente a las cercas de alambre de púas en la frontera con Belarús, en el frío intenso y con poco para comer.
Jimmy (no es su nombre real), que viene de África central, también se sintió golpeado por el frío, revela el programa Observadores de France 24.
Contó cómo él, su esposa y sus dos hijos se encontraban entre varios migrantes que fueron escoltados y empujados hacia la frontera polaca por guardias bielorrusos.
Después de intentar tres veces cruzar la frontera y ser devuelto por los guardias polacos en cada intento, Jimmy se dio por vencido. Su hija se había resfriado y tenía fiebre, así que regresó.
Pero para evitar a las autoridades bielorrusas, se vio obligado a pagar un soborno.
Muchos fueron enviados nuevamente a sus países. Algunos ya habían vendido todo en sus países de origen. Les dijeron que el camino era recto. Animaron a familias enteras a viajar, completa el informe.
Mientras tanto, varios países se acusan entre sí.
Y en la red de tráfico de seres humanos trabajan individuos de diferentes países.
Ya fueron detenidos 314 de Alemania, Georgia, Suecia y Ucrania por la Policía de Polonia desde agosto.