Con varias décadas trabajando en el mundo de la moda, en 2020 Teresa Calandra -como tantos otros argentinos- se vio obligada a hacer la cuarentena en su hogar y posponer sus viajes laborales, con los que suele ir a buscar las tendencias en las pasarelas más importantes del mundo, pero también a pasar varias semanas alejada de sus hijos, Hassen y Diego, quienes viven en Uruguay.

"Estuve mas de 200 días encerrada. No me angustié porque tengo a mis hijos que viven en el Uruguay y a mis nietos. Solo podías entrar su eras residente y cuando empezó la pandemia sabía que esto era para largo, entonces fui al consulado uruguayo para sacar mi residencia y después de cuatro o 5 meses pude viajar. Hice una semana de cuarentena y me pude quedar mucho con ellos. Así que pude ir y venir varias veces", reveló en una entrevista con Pasa Montagna, en Radio Rivadavia.

Y reveló que se dio tres vacunas contra el Covid-19: "Tengo una dosis de Sputnik y dos de Pfizer. Me di la Sputnik  V el 2 de abril  y después de 159 días de esperar la segunda dosis, mi hijo Hassen me pidió mi número de cédula uruguaya y me sacó turno allá. Así que me tome el buquebus para ir vacunarme y a los 20 días volví a viajar para darme la segunda dosis. Después de recibir las dos dosis en Uruguay me llamaron del Gobierno de Buenos Aires para darme la segunda dosis en Argentina, pero agradecí y le cedí mi turno a otra persona".

Además, aseguró que más allá de estar inoculada cumple con los cuidados de prevención a rajatabla, sobre todo cuando graba El gran premio de la cocina, el reality gastronómico que conduce Carina Zampini y que acaba de estrenar una temporada con participantes famosos. "Uso mucho barbijo, no me lo sacó nunca. En el programa es el único momento en el que me lo saco. Estamos todos hisopados y los protocolos se cumplen a a rajatabla así nos cuidamos entre todos, pero además yo antes de trabajar me lavo las manos y me pongo alcohol en gel", explicó en diálogo con Pablo Montagna y su equipo.

En referencia a este nueva desafío en su carrera en los medios, reconoció que sufre las reglas del juego. "Sufrí mucho la primera semana porque me tensiono, me pongo nerviosa porque me gusta hacer las cosas bien con tiempo", señaló en referencia. Y aclaró: "Mis conocimientos de cocina son básicos, yo cocino muy simple, pero hay un reloj que correr muy rápido, no están los elementos uno usa en su casa y las cocinas son muy modernas, todas con botones. Yo estoy acostumbrada a otra cosa y para mí es todo nuevo".