Esto no es grave, es gravísimo. Lo que hizo no tiene justificación alguna, es imperdonable. Jamás hubiéramos pensado que fuera capaz de algo así, una persona tan querida, con semejante trayectoria, hacer lo que hizo, portarse así. Sin dudas es una verdadera decepción, pero habría que escuchar su versión. Tampoco sabemos si hay pruebas, si lo que se dice es como realmente pasó, quizás sea inocente, habría que ver... pero sea como sea, ¡es un escándalo!

Seguramente usted querrá saber obviamente de quién se trata, qué hizo, más datos, que cuente todo lo que sepa. Y no será la única persona que me pida más información. Porque el tema es muy jugoso. De verdad. Y no es un enigmático como los que se realizan en los programas de espectáculos de la televisión, no es que me van a ir haciendo preguntas y yo iré respondiendo con pistas. No. Porque el hecho es lo suficientemente serio como para estar jugando. 

¿Sigue con mucho interés en el tema? Bueno, no se enoje conmigo. Pero la introducción era justamente analizar por qué nos atraen tanto los escándalos, sobre todo con famosos. La definición de Chisme es "Comentario o noticia no verificada que circula entre la gente, generalmente de carácter negativo". Esto fue así desde siempre. Las cosas malas de la gente atraen mucho más que las buenas. No descubrimos nada. Pero déjeme decirle que, en los últimos tiempos, esto se agravó en la farándula argentina. Los noviazgos, casamientos, nacimientos o premiaciones ya no atraen como antes. Las historias de amor perdieron ante los dramas y los policiales. La realidad necesita mucho contenido fuerte para competir con las  series de Netflix, Star+, Amazon o Flow. 

En los últimos tiempos vimos tremendas historias de famosos con graves denuncias. Violación, acoso, pedofilia, amenazas, secuestro, abandono, peleas por herencias, violencia de género, divorcios escandalosos, peleas, robos... Le juro que hubo y hay de todo. Mucha de esta información luego se confirma, con pruebas en los tribunales, detenidos, condenados. La cara del actor, cantante, futbolista o lo que fuera en el banquillo, esposado, llevado por la policía, es fuerte y muchas veces da sensación de justicia. En otros casos la noticia se comprueba que era falsa pero rindió igual, no en rating solamente, me refiero a que el público se entretuvo igual. No importaba tanto si era cierto o no, se paso el rato.

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Vamos con otra definición, la de Morbo: "Atractivo que despierta una cosa que puede resultar desagradable, cruel, prohibida o que va contra la moral establecida". ¡Han cantado bingo en la sala! Dígame la verdad, quizás nos cueste confesarlo, pero a todos nos llama lo morboso, quizás lo vemos tapándonos un ojo, leemos sobre el tema o decimos que estamos al tanto porque lo escuchamos en la radio sin querer o solo para tener tema de conversación. Pero estamos informados de todas estas cuestiones del momento, y con cierto placer. ¿O no? Si me dice que no, quizás tampoco lo crea, porque -como ya dije- cuesta confesarlo.

Hace unos años el sociólogo español Juan Carlos Jiménez Redondo relacionó este fenómeno con la idea de "emulación social" porque "nos gusta compartir los comentarios con la gente que nosotros podríamos ser, y si son un tanto frikis, mejor". Y agregó: "la televisión se ha llenado de eso porque, cada vez, es más consumida por un público que lo que quiere es oír chillar y gritar por cosas banales, pero que le son próximas". Y algo de eso hay. 

¿Qué es lo que nos produce ver que a un famoso le fue mal, es culpable de algo, fue estafado o lo que fuera con carga negativa? Quizás a cada uno de nosotros nos atrae algo distinto. Pero lo seguro es que nos llama, nos genera intriga, y sí, morbo, digámoslo. Si usted justo no es de las personas que le interesan estas noticias, informaciones o chismes, lo dejamos acá. Pero si es de los que quieren saber la última noticia, gravísima, que sucedió, envíenme un mensaje a mi Instagram que le cuento por privado, @arielwolman.