El último año estuvo cargado de cambios para Sabrina Rojas. Luego de más de diez años en pareja y dos hijos en común -Esperanza y Fausto-, se separó de Luciano Castro. Y a diferencia de otras figuras del mundo del espectáculo, que suelen exponer sus problemas personales en los medios, los dos decidieron encarar esta nueva etapa con tranquilidad y priorizando el amor de familia.

Aunque la mendocina estaba decidida a no volver a formalizar por unos cuantos meses, conoció al Tucu López, un hombre que rápidamente se ganó su corazón y el de sus hijos. "Fue un amor que me sorprendió. Empezamos con cautela, porque pensé que esto quedaba en pasarla bien, con buena onda y no tenía pensado estar en pareja, pero hay gente que vale la pena... y ahí me quedé", reconoció en un mano a mano con Noticias Argentinas la actriz que protagoniza Desnudos en el teatro junto a Luciano Cáceres, Mey Scápola, Brenda Gandini, Gonzalo Heredia y Esteban Lamothe.

Y se refirió a la familia ensamblada que lograron formar junto a Castro y su nueva novia, Flor Vigna. "Se da todo con armonía. Los cuatro estamos muy bien. Tanto Luciano como yo tenemos la suerte de tener compañeros que se sumaron a esas ganas de estar bien. Es como dije alguna vez, no dividimos, sumamos. Tratamos de que todo lo que nos haga bien en nuestra vida no vivirlo aparte, sumarlo", reveló. "Cada uno, por supuesto, tiene su vida, sus historias, pero nos juntamos a comer, nos apoyamos mutuamente, priorizamos a los chicos y todo fluye. Podría no fluir y sería más difícil de sostener. Sale bien porque nosotros, Tucu y Flor somos buenas personas y ellos entienden que las cosas están claros entre nosotros y que hay un amor hermoso de familia", agregó.

-Estás en un gran momento personal y lo profesional acompaña. ¿Cómo te preparás para volver a los escenarios con Desnudos el 6 de enero en el Metropolitan Sura?

-Estoy con todo y está bueno. Hay que aprovecharlo porque estas cosas suceden de vez en cuando. Esta vez contamos con la incorporación de Esteban Lamothe y nos tiene expectantes. La música de la obra cambia, porque no vamos a escuchar la misma voz; el viene con su impronta también. Si bien el teatro genera todas las noches adrenalina, que se sume un compañero nuevo se vive como una bocanada de aire fresco. Me siento privilegiada por trabajar con amigos y con gente tan talentosa.

-Esteban Lamothe ocupa el lugar que hasta hace poco ocupó tu exmarido. ¿Cómo vivieron la salida de Luciano?

-Nos emocionamos mucho. Luciano es una persona muy importante para nosotros, un líder por naturaleza que nos cuidó como si fuéramos sus pollos en un montón de cosas, tiene mucha experiencia y agarraba las riendas de todo para contenernos. Costó asimilar que se bajara y a mí me emocionó la última función, sobre todo por ver la emoción de Gonzalo cuando se abrazaron.

-Ustedes siguieron trabajando, al menos de las puertas para afuera, en total armonía después de la separación, ¿Fue difícil lograrlo?

-No es fácil, pero Desnudos, en nuestra vida, es algo chiquitito, porque nosotros tenemos otra historias, otra cotidianeidad que es mucho más enorme que una obra de teatro. Sabíamos que si en la vida podíamos estar tranquilos y demás, también íbamos a poder hacer la obra. Trabajamos con amigos que nos conocen, nos contienen. Con Luciano tenemos semanas mejores y semanas peores pero lo más importantes es el amor. La base está ahí y ahora tenemos una especia de hermanad. No nos quedó nada pendiente.

-Cuando te convertiste en mamá, dejaste todo para dedicarte a tus hijos, ¿Te costó volver a agarrar el ritmo que llevás ahora?

-Estoy feliz y contenta. Cuando fui mamá siempre dije que si no volvía a trabajar, porque dejaba de estar de moda o lo que fuera, prefería arrepentirme de haberme quedado con los chicos antes de sentir que me había perdido sus primeros años. Sigo siendo una mamá culposa pero ellos están más grandes, les puedo explicar adónde voy, mostrar lo que hago. Cuando eran bebotes, no y yo necesitaba cuidarlos. Tuve la suerte de vivir cada etapa, porque sé que a otras mamás no les pasa.

-Hablás de “pasar de moda” y a lo largo de tu carrera has de todo: teatro de revista, de texto, realities, programas de televisión.

-Me gusta, porque he hecho de todo, según las edades, las posibilidades. Algunas veces hice algunas cosas deseando hacer otras, pero nunca fui muy ambiciosa con mi trabajo. Siempre fui prolija y por suerte fue muy querida, incluso cuando posaba en bolas. Por eso no me arrepiento de nada.

-¿Por qué decís que no fuiste ambiciosa?

-Lo digo en el buen sentido. Hay gente que se mueve por la ambición y logra sus objetivos de una manera que creo que lo podría haber hecho. Por ejemplo, armar un marketing alrededor de su figura, invertir tiempo en eventos. Son cosas que nunca hice porque yo soy de quedarme en casa y así y todo , laburé un montón.

-Y en enero vas a debutar en la pantalla de América con un programa que vas a conducir nada menos que con tu pareja.

-¡Sí! Es un proyecto que vengo trabajando con el canal hace meses, hicimos varios pilotos con distintos conductores hasta que me propusieron hacerlo con el Tucu y me encantó. Estamos muy contentos porque es algo que se fue gestando de a poquito y estoy feliz por estar con él, porque lo amo, y también es un conductor de raza, creo que nos vamos a divertir.