El Premio Remo no se lo llevaba el más exitoso, al que mejor le iba en la vida o al que más suerte había tenido, sino todo lo contrario. Valoraba el tesón y la dedicación.

El galardón, una creación de Nicolás Repetto, Pablo Codevilla y Gerardo Rozín, dejó de existir al finalizar el ciclo que lo entregaba, “Sábado Bus”. Y la televisión perdió ese momento tan especial de valorar al que justamente la rema y sale adelante. No solo nos perdimos la posibilidad de hacer estos reconocimientos, sino también ver a estas figuras como ejemplos, ya sea de vida o en el plano laboral.

Jugando un poco me puse a pensar quién se lo podría merecer hoy, si tuviéramos la posibilidad de entregarlo. La verdad es qué hay muchos que podrían recibirlo. Pero en esta oportunidad quise centrarme solo en la televisión, poniendo todas las variables posibles. Y se me ocurrió un nombre: Guido Kaczka.

El conductor de "Los 8 escalones de los 3 millones" es desde hace ya varios años la gran figura de eltrece. No solo porque sus programas tienen el mejor rating del canal sino porque él mismo busca la manera, permanentemente, de que esto sea así. Aún cuando le va bien, hace los cambios necesarios para que le vaya mejor. Prueba, apuesta, modifica, pone, saca. Lo que sea para que la audiencia continúe interesándose en su programa.

Guido nació en 1978 y cuatro años después, en 1982, ya debuta en "Pelito", la serie infantil en la que también actuaban dos de sus hermanos, Emiliano y Analía. En ese entonces era chiquito y no sabía que la televisión lo iba a acompañar en toda su infancia, adolescencia, juventud y la adultez. Participó en muchas ficciones exitosas y en 2001, cuando tenía 23 años, se sumó a la mítica mesa de Polémica en el Bar. Luego continuó como actor hasta que en 2005 debutó como conductor en el ciclo "El último pasajero". Ese fue el punto que cambió su carrera. Ya era famoso, reconocido por el público y sus pares y con mucha continuidad laboral en un mundo difícil como es el artístico. Sin embargo en ese momento no se convirtió en un animador más de la tv, nació el productor, el que dejaba detrás los guiones que le daban para escribir sus propias ideas, jugársela en proyectos propios. Porque el programa de egresados que salía en Telefe era una creación suya, más allá de la posible inspiración en "Feliz domingo", que en ese entonces no estaba en la pantalla.

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A partir de ese exitoso ciclo, su carrera continuó por el lado de la conducción y la producción. Incluso invirtió su dinero en adquirir parte de la productora Kuarzo, una de las más importantes de la Argentina y de Sudamérica. Y llegaron programas como "A todo o nada", "Los 8 escalones", "Guido a la noche", "Lo que das", "Especial perros", "Hacelo feliz", "Lo mejor de la familia", "La tribuna de Guido", "El perro del millón", "Otra noche familiar", "Cinco pasos y una ayuda", "Bienvenidos a bordo" y el actual "Los 8 escalones de los 3 millones", que empezó con un millón, luego dos y otros tres.

Muchos programas en pocos años. Algunos a la tarde, otros a la noche, unos duraban una hora, otros dos o quizás más. Y también estuvieron los que salían al aire con dos ediciones en el mismo día. ¿Por qué esto? Justamente porque no se queda con un éxito, cambia para que la gente no se canse, mejora el premio para el público, sorprende con un juego nuevo, inventa otro para que participen los taxistas, convoca a parejas, a parecidos de famosos, a humoristas, abre puertas con gente llamativa, hace sacar lingotes de una caja, tira gente al agua y hasta apuesta a un formato donde se premia con dinero el saber de los participantes, algo que en la TV argentina ya no se estila.

Y tampoco crean que es de esos productores que se sientan en un escritorio a dar órdenes. Quizás porque ni siquiera tiene mucho tiempo para eso. A la mañana conduce "No está todo dicho", un programa de radio de 10 a 13 en La 100. A la tarde suele grabar más de un programa de "Los 8 escalones de los tres millones", donde no solo conduce sino que se encarga de muchas de las tareas de producción y hasta suele ir varias veces al control a revisar que esté todo bien o reclamar si algo no salió como esperaba. También, como accionista de la productora, sigue atentamente los pasos de cada uno de los programas que salen en los distintos canales.

¿Ambición?, ¿codicia?, ¿poder?... ¿qué busca?... Quizás hay un poco de esto, porque todos buscamos superarnos, que nos vaya mejor, ganar más. Pero déjeme decirle que para poner tanta energía hace falta pasión. Y eso, me parece, es lo que le sobra. Es cierto que aún es una persona joven, de apenas 45 años, pero ¿cuántos hay más chicos que él que no lo harían?, ¿ustedes en su lugar, harían todo eso? En un mundo en el que muchos trabajan para cumplir, o no trabajan, o no cumplen, es bueno valorar a los que siguen buscando que las cosas funcionen, crezcan, sorprendan para bien y generen interés.

Lamentablemente no tengo encima el Premio Remo, quizás le pida uno a Repetto a ver si le quedaron, pero le reitero, si tuviera que entregar uno, hoy elegiría a Guido Kaczka.

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