Pepe Cibrián lleva el arte en la sangre. Hijo de los artistas José “Pepe” Cibrián y Ana María Campoy y heredero de una dinastía de siete generaciones de actores, supo abrirse camino como el gran referente de la comedia musical en la Argentina y este reconocimiento llegó de la mano de Drácula, el espectáculo que montó junto a Ángel Mahler el 29 de agosto de 1991 y que para celebrar sus 30 años se acaba de reponer nada menos que en el Luna Park.

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"Drácula me cambió la vida en muchos aspectos. Me ayudó en la pelea que llevaba más de 20 años con el género musical, que se Había perdido en los años 40 y quería retomarlo y recrearlo; pero también marcó un hito de cambio en mi carrera y en el género musical, me dio éxito y se la dio a la cultura nacional", destaca en diálogo con Noticias Argentinas. 

Con 30 músicos en vivo y 50 artistas en escena, el espectáculo se presenta en Buenos Aires del 1º al 10 de abril por ocho únicas funciones, para luego continuar una gira de cuatro meses por todo el país. Y en el elenco, que reúne a miembros de aquella primera puesta de la década del 90 y a nuevos talentos, se destacan Juan Rodó (Conde Drácula), Cecilia Milone (Mina), Pehuén Naranjo (Van Helsing) y Karina Levine (la Condesa). Además, Josefina Scaglione se pondrá en la piel de Lucy y Mariano Taccagni en el rol de JonatanEl resto del elenco lo completan: Christian Giménez, Damián Iglesias, Lorena García Pacheco, Diego Cassere, Tali Lubi, Eluney Zalazar, Karina Barda, Flavia Pereda, Carlos de Antonis, Martín Selle, Marcelo Filtrado, Alejandra Fontán, Luis Iván Machuca, Ramiro Moreno Hueyo, Florencia Spinelli, Chiara Rodó, Luz Despósito, Flor Regina, Ezequiel Rojo, Sol Giulietti, Pablo García, Mariano Díaz, Guido Zaffora, Ezequiel Carrone, Lautaro Calzona, Martín Mena, Andrés Rosso, Matías Acosta, Pedro Frías, Diego Martín, Cristian Cosentino, Marcelo Amante, Jonathan Anchoverri, Franco Di Roma, Pablo Di Felice, Penélope Bahl, Natalia Mouras, Verónica Pacenza, Virginia Kauffman, Facundo Miranda, Laila Maugeri, Leonel Sorrentino y Ludmila Piovano.

-¿Cómo surgió semejante apuesta?

-Fue gracias a un que le hice a (Juan Carlos) "Tito" Lectoure el 15 de febrero de 1991. Estaba desesperado por la situación económica y no tenía muy en claro lo que le iba proponer; él, tampoco. Pero se hizo un espectáculo que cambió todo, porque surgieron las escuelas de comedia musical, obras, generaciones de jóvenes que no se si tienen realmente idea de que gracias a ella llamada están haciendo esto. En esas épocas había teatro para niños, como lo que hacía Hugo Midón o Manuel González Gil pero el teatro musical no existía.

-¿No eras consciente de lo que tenías entre manos?

-Nunca soy consciente de nada yo hago. ¿Cómo iba a ser consciente de que iba a montar una obra para 5 mil personas? ¡Imposible! Todo me pareció muy mágico y el éxito me sigue sorprendiendo. Drácula terminó siendo una obra trascendental que hoy se vuelve a repetir luego de 30 años; vuelve al Luna Park, donde estuvo cinco temporadas, y vuelve a llenar.

-Entre tantos proyectos importantes que has creado en tu carrera, ¿este es tu favorito?

-Drácula es una obra que tiene magia, que me cambió la vida, pero también hubo otras  que me representan mas como dramaturgo, como Calígula. Todas son mis preferidas porque en todas he puesto mi capacidad, mi ilusión y mi deseo de seguir trascendiendo.

-Parecía que el festejo por los 30 años no se iba a ser por la distancia que tenía con Mahler, sin embargo Cecilia Milone lo hizo posible.

-Sí, el toque lo dio Cecilia, que es tan buena persona, y se le ocurrió en un vivo de Instagram invitarnos a los dos, sin que nosotros supiéramos que iba a estar el otro. Hacía falta ese encuentro, mirarnos y ahí nos dimos cuenta que lo teníamos que hacer. Ángel y yo nos amamos y estamos disfrutando muchísimo, felices juntos, después de seis años distanciados.

-En esa transmisión en vivo, el público fue testigo del reencuentro, pero ¿cómo fluyó la relación cuando pudieron volver a verse personalmente?

-Encontrarnos cara a cara fue como habernos visto ayer, no había mucho que hablar. Fue un: "Hola, ¿cómo estás? Disculpame si tal cosa o si tal otra" y ya estaba hecho. Ángel es un gran empresario, además de un gran autor.

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-¿Tiene un significado especial volver al Luna Park después de tantos años?

-Sí, para mí fue un escenario muy importante, pero después de la muerte de Lectoure me quise ir y no volví. Tito estaba pendiente de todo... ¡hasta de un tornillo suelto! Eso ahora no pasa y aunque el estadio está muy bien, no es lo mismo, le falta la magia. Montar el espectáculo fue muy fácil, porque todos los trabajadores lo conocen de memoria, en poco tiempo hicieron todo y le agregaron una tecnología maravillosa. ¡Qué suerte he tenido de rodearme de gente talentosa, de tenerlos en mi historia! Lo mismo me pasa con el elenco, es un honor verlos, porque para mi siguen teniendo 20, 19, 24, aunque tengan 50. Para mí son mis hijos, mis nenes.

-Promocionan esta temporada como la despedida de Drácula, ¿creés que no la vas a hacer más?

-En mayo cumplo 75 años y no sé que me va a dar la vida. Bah... nadie sabe. Pienso que es una suerte de despedida, pero no porque no se volviera a hacer Drácula, que ya es un clásico, sino porque puede que más adelante vuelva y yo no esté. Nosotros teníamos la pauta de hacerlo cada 5 años y yo no sé que va a pasar... nunca lo sabemos, pero hay ciertas cosas que van sucediéndose. Pensamos que sería una posible despedida y por eso es tan emotivo.