Murió Pascual Condito, un importante distribuidor del cine argentino
El actor y empresario cumplió un rol clave en la producción nacional desde la década de los 80 hasta sus últimos días.
El actor, productor y distribuidor cinematográfico Pascual Condito murió a los 73 años a raíz de un cáncer de colon que lo aquejaba hace tiempo. "Sentimos una profunda tristeza por el fallecimiento de Pascual Condito, un hombre fundamental para el cine argentino, un distribuidor siempre al lado de las producciones que más lo necesitaban. Queremos rendir nuestro sentido homenaje, desde el Ministerio de Cultura de la Nación, a quien desde la distribución, por su amor al cine universal, por su amor al cine argentino, ha contribuido enormemente a la construcción de nuestra cultura", manifestó el ministro de Cultura Tristán Bauer.
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Italiano de nacimiento, llegó a la Argentina a los 5 años, junto a su familia, y enseguida descubrió su amor por el séptimo arte. Estudió actuación con Norman Briski y participó en más de 35 películas, entre las que se destacan Conversaciones con mamá, Juan y Eva, Vino para robar, Motín en Sierra Chica, La demolición, Inmortal, El rey del Once, Lifting de corazón, Sofacama, El camino de San Diego, Yo soy sola. Su trabajo en El Perro (2004), de Carlos Sorín, le valió la nominación como Actor Revelación en los Premios Cóndor. Mientras que en la pantalla chica formó parte de Mujeres asesinas, Botineras y Todos contra Juan 2, entre otras ficciones.
Desde la década de los 80 cumplió un rol fundamental para el cine argentino con su productora y distribuidora Primer Plano Film Group, con la que dio a conocer obras nacionales, gestionó su venta al exterior y la participación en festivales de renombre. Además, se encargó de importar cine de autor de todas partes del mundo, animándose a apostar por productos como Trainspotting, de Danny Boyle; El juego de las lágrimas, Neil Jordan; Secretos y mentiras, Mike Leigh; El sabor de las cerezas, de Abbas Kiarostami; Buena Vista Social Club, de Wim Wenders y Recursos humanos, de Laurent Cantet.
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Su pasión quedó retratada para la inmortalidad en el documental Tras la pantalla (2015), de Marcos Martínez, y en la miniserie Vida de película (2017), en la que Luis Machín lo interpretó, bajo la dirección de Matías Bertilotti. "Por eso quizás soy demente, soy fanático, yo les pido a todos los que estamos acá que luchemos para tener nuestro espacio de cine argentino en las salas de cine y en la televisión", manifestó en 2009 cuando recibió un premio Cóndor de Plata de la Asociación de Cronistas Cinematográficos.