Mora Godoy y una vida dedicada al tango: "Siempre quise defender la cultura de nuestro país"
Reconocida en todo el mundo, la bailarina volvió al ruedo luego de varios meses de inactividad. El 20 de noviembre presentará Esa mujer es tango en el teatro Ópera y hará temporada de verano en Mar del Plata.
Por Belén Canonico
"Y un día... volví", manifiesta Mora Godoy en una charla íntima con Noticias Argentinas. El tono de su voz cambió, no suena preocupada y triste como la última vez que habló con este medio y reclamaba una ayuda del Estado para los trabajadores de la Cultura. Ahora que el panorama es un poco más favorable, a pesar de que la pandemia continúa, cada palabra que expresa evidencia su sentimiento de esperanza.
Motivos no le faltan. El 20 de noviembre presentará en el Teatro Ópera Esa mujer es tango, un espectáculo que montó en 2020 y que reversionó para deleitar con el talento que la llevó a convertirse en una de las mayores figuras representativas de la cultura nacional y una bailarina tango reconocida en todo el mundo.
"Me estoy preparando con mucho ensayo y con mucha falta de aire", bromea en referencia a los meses que estuvo inactiva por la pandemia, que la obligó a suspender sus shows y viajes, pero que la recompensó dándole mucho tiempo para compartir con Bianca, su única hija. "Hay esperanza gracias a la gente y al público. La espera se hizo demasiado larga y la parte de la cultura y los bailarines de tango lo pasamos con mucha soledad", señala.
-¿Cómo palpitás el regreso a los escenarios después de tanto tiempo?
-Recién hace tres meses volví a hacer eventos privados. Es duro para el cuerpo, para el estado físico que tenía, porque tuve que volver a poner la maquinaria en marcha. Para la cabeza también fue muy duro el último año y medio. Fue pedir ayuda sin lograr mucho, fue también hacerme cargo de mi familia, asumir muchas responsabilidades y bancármela dentro de todo bien. Por momentos con mucha soledad, por otros poniendo todo para salir adelante y ayudando a personas que estaban alrededor y la pasaban peor. Ver que tantos sufrieron entristece y angustia pero la pandemia hizo que nos veamos la cara y que todos supiéramos quién es quién. Saber quiénes están dispuestos a ayudar y quiénes son los especuladores que se aprovechan y sacan ventajas de los que menos tienen. En pocas palabras, el bueno es más bueno y el malo mucho más malo.
-¿Te enojaste ante la falta de medidas del Gobierno para aliviar la situación de los artistas?
-Pasé mucho enojo y bronca. Después lo pude transformar con el baile en una coreografía y algún que otro cuadro nuevo para mi espectáculo, pero la pandemia va a seguir dando que hablar y ha muchos nos ha dejado heridas que hay que exteriorizarlas para que puedan sanar.
-Ahí está la función terapéutica del arte.
-Sí y es algo que tuve que hacer siempre, no solo porque en la pandemia quienes nos tenían que cuidar nos dieron vuelta la cara, sino porque desde que arranqué tuve que enfrentarme a un ambiente muy machista. Si no lo transformaba en algo positivo, terminaba mal (se ríe).
-¿Con qué se va a encontrar la gente que te vaya a ver en Esa mujer es tango?
-Es un espectáculo que fue entrenado en 2020 por muy pocas funciones y ahora lo renovamos. Es un espectáculo que tiene un concurso de baile, que es muy divertido porque interactúo con el público. También hay mucho tango electrónico, con trucos, con todo... nos ven volar con la música de Miguel Di Genova y su grupo Otros Aires. Si bien no está dedicada para mí, yo me apropié del tema Esa mujer es tango, porque siento que habla de mí (se ríe).
-Te formaste como bailarina clásica en el Teatro Colón y encontraste en el tango el género con el que llevaste la cultura argentina en todo el mundo, ¿Cómo ves tus inicios a la distancia?
-Sigo viendo a la misma nena que nunca soñó con ser famosa. Lo único que siempre quise fue bailar en un escenario, no importa qué, dónde ni cómo. Siempre fui muy nacionalista y creí en la identidad del tango, por eso me propuse defender la cultura de nuestro país.
-¿Siempre te gustó el tango?
-No me gustaba tanto, porque empecé con el ballet siendo muy chica, pero me enamoré. En su momento fui muy cuestionada por bailar tango. En ese momento no era una oportunidad, me arremangué y construí. Para fue maravilloso poder fusionar mi técnica del clásico y jazz para hacer un tango más moderno.
-Susana Rinaldi dijo que en su caso tuvo que ser reconocida en el exterior para que en la Argentina valoraran su trabajo. ¿Te pasó algo similar o en tu caso se dio antes?
-Siempre me sentí muy valorada acá. El cariño que recibo permanentemente es muy grande y siento que triunfé en Argentina y afuera. Creo que se dio así porque cada vez que volvía de un tour recorría el país aunque no ganara nada o tenía que poner plata. La gente lo valora y lo ve porque nunca descanso y para mí todos los escenarios son importantes. Lo que sí creo es que es mucho más fácil afuera, tanto para los productores que me contratan que acá. Acá no hay una política cultural de tango, remamos en cemento y tiene que ver con que no hay ninguna política de gobierno en ningún espacio político. Pero jamás diría que el público no me valora. Es más, siempre digo que voy a bailar hasta que la gente me acompañe.
-Muchas veces es difícil que una figura del ambiente cultural también sea popular. Sin embargo, vos te movés como pez en el agua en estos dos mundos.
-Totalmente y me hace muy feliz. Imaginate que este verano me voy a Mar del Plata con un proyecto que no está bancado por ningún gobierno, ni siquiera está sponsoreado, y tiene que ver con la inclusión, con precios populares para que la gente se acerque al tango cuando tranquilamente podría descansar en la playa.
-¿Qué vas a hacer en Mar del Plata?
-Voy a estar en el teatro Tronador una vez por semana y también en el espacio Bahía Mar, que está frente al Torreón voy a armar un espacio con mi hermano Horacio Godoy en el que la gente va a poder tomar clases de tango, salsa, rock and roll, todas las noches va a haber una milonga y además una academia de tango con precios muy populares. Va arrancar a las 19 los viernes, sábados y domingos y además los días de lluvia vamos a tener opciones para todos y todas, para un segmento que no tiene adónde ir. Es importante acercarlos al tango, darles una linda alternativa.