Luego de la angustia y la incertidumbre en la que estuvo metida durante el inicio de la pandemia, cuando no podía trabajar como actriz, Mirta Wons se prepara para volver a subirse a las tablas con uno de los espectáculos más esperados de este año. A fines de abril debutará con la versión de Julio César de José María Muscari en el Cine Teatro El Plata de Mataderos, ubicado en Av. Juan Bautista Alberdi 5765.

Mirta Wons: "Las plataformas de streaming están buenísimas, pero hay que cuidar más la ficción nacional"

En esta nueva adaptación del clásico de William Shakespeare protagonizada por Moria Casán, Wons le dará vida a Lucio; mientras que Marita Ballesteros se presentará como Marco Antonio, Malena Solda como Casio, Alejandra Radano como Bruto, Mario Alarcón como Calfurnia, Mariano Torre como Porcia, Vivian El Jaber como Kasca, Fabiana García Lago como Octavio y Payuca como Tribunio. El diseño sonoro está a cargo de Camilo Zentner y Ariel Gato; el diseño de luces, de Omar Posemato; el vestuario, de Camila Milessi y Emiliano Blanco para Kostüme; la escenografía será de Gabriel Caputo, la colaboración artística es de Paola Luttini, y la dirección y realización audiovisual a cargo de Rosario González del Cerro.

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"Los ensayos me dejan knock out porque hay mucho talento y el libro propone ruptura permanente. Todos los días hay que estudiar porque lo que proponemos se mueve. Es imponente el equipo, me siento cubierta, protegida, contenida, bien guiada", comenta Mirta con entusiasmo en un mano a mano con Noticias Argentinas. Y con humildad, reconoce que formar parte de este proyecto la ayuda a dejar de lado sus prejuicios, ya que encontró en Muscari un director "preciso, amable, atento, detallista y sumamente educado" que puede hacer teatro comercial y también presentarse en el Teatro San Martín; mientras que en Moria, a quien ya conocía, encontró a una gran profesional del teatro a quien define como "un soldado más", porque no busca un trato diferente al resto del elenco más allá del lugar estelar que ocupa en el mundo del espectáculo.

Como si esto fuera poco, a diez días de haber iniciado los ensayos, Muscari les informó que a mediados de años viajarían al Festival de Mérida, en España. "No lo podíamos creer. Es la expectativa sumada a la alegría, el nervio, la emoción", relata con emoción, como si fuera la primera vez que se sube a un escenario, más allá de que lleva más de 20 años trabajando como actriz.

-Deben ser fuertes las emociones al volver a hacer teatro en plena pandemia y con un proyecto tan ambicioso.

-Sí. Hacía mucho que no hacía teatro. Lo último que hice fue hace 3 años y es muchísimo tiempo. Con la pandemia no sabía si iba a volver. Me generaba incertidumbre no saber como seguía esto, los artistas fuimos uno de los sectores más castigados y, tal vez, menos cuidados. Yo sigo siendo una defensora de las medidas como el uso del barbijo, alcohol en gel y la distancia, porque hay muchos que se piensan que ya terminó. La obra es como un bebé al que tenemos que cuidar muchísimo para que lo podamos parir, por eso somos todos muy responsables.

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-¿Con qué se va a encontrar el público?

-La obra te muestra como un clásico de Shakespeare como puede ser tan espantosamente y asquerosamente actual, respecto a la ambición política, la corrupción, las ambiciones conyugales, hasta donde sos capaz para conseguir un pedacito de poder. Es una obra fantástica para este momento y la versión de Muscari es fabulosa.

-Desde el vamos Muscari plantea un gira en el que las actrices interpretan a los personajes masculinos y los actores, a los femeninos, ¿qué podés adelantar sobre esta dinámica?

-Sin bajar línea, está la diversidad sexual, porque las mujeres hacemos de hombre y los hombres de mujeres. El sentido va más allá del género, porque la potencia del personaje es el mismo. Para mí el público se va a quedar pensando porque cambia la potencia de los diálogos. No es que me visto de chabón ni hago de hombre. Para nada. Yo no tengo que hacer de chongo, yo soy Lucio. Va por otro lado, porque si no sería una sátira. Además, todos en el elenco están perfectos, a mí me importaba mucho saber quiénes iban a estar y la verdad es que no podría ser mejor.

-Cuando empezó la pandemia contaste que lo pasaste mal porque llegaste a un momento en el que ya no tenías ahorros y a su vez lanzaste un emprendimiento de decoración, ¿cómo hacés para mantener este proyecto sin dejar de lado la actuación?

-El emprendimiento comenzó un poco antes. Toda vida hice cosas creativamente con las manos: bijouterie, macetas, bandejas. Mi casa es una sucursal del Once... ¡Tengo de todo! Y en 2019 me junté con Vivi Gómez, que es una amiga, como mi hermana, que también hace manualidades pero con otras cosas. Al principio nuestro lema era: "escándalo de color" y teníamos almohadones, llaveros, agarra cortinas, de todo. Hicimos un testeo con amigos, que nos sirvió mucho, y nos lanzamos. Esa Navidad nos fue bárbaro, pero después empezó la pandemia. Fue muy difícil, pero nos dio mucha felicidad no fundirnos; sostenerlo, vender poco, pero vender; no dejarnos apabullar por el garronazo. Seguimos y tenemos un montón de seguidores en @unpezyunpez. Ahora nuestro lema es: "almohadones abrazables", porque dan ganas de abrazarlos, sobre todo en pandemia. 

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-A lo largo de tu carrera has hecho mucho televisión, ¿cómo ves la ficción en TV y en las plataformas, que crecieron tanto el último tiempo?

-Cambió mucho el formato y la TV abierta dejó de ser abierta, porque de repente te dan uno o dos capítulos de una serie, pero para terminar de verla te tenés que suscribir a una plataforma. Eso no está bueno. No quiero tener que pagar por ver una ficción argentina, la tenemos que defender. Las plataformas de streaming están buenísimas, pero hay que cuidar más la ficción nacional. La gente quiere ver ficciones nacionales, pero no puede estar en cinco plataformas. No está bueno. Hay que encontrarle un punto más justo, para apostar a las ficciones argentinas, que estén en las plataformas, pero que las mantengan en un canal de aire. Además, no está regulado el tema para los actores.

-Justamente, formaste parte de Rebelde Way y cuando subieron la novela a Netflix, algunos de los protagonistas se quejaron porque no recibían regalías por la cantidad de reproducciones a nivel mundial.

-Es un problema que ocurre a nivel global. Nosotros tenemos Sagai, que es una entidad de gestión fabulosa, y tiene convenios con casi toda Latinoamérica, España, Italia, Francia... muchísimos países. Por ejemplo, Rebelde Way, Floricienta y Violetta la rompieron en España y cada tanto cobro regalías por la cantidad de veces que se pasó en otros países. Pero con las plataformas todavía no está regulado, supongo que en algún momento vamos a ver unos pesos. Yo entiendo que para el espectador está buenísimo tener todas las películas de Almodóvar en Netflix, pero para los actores, no tanto.

-También se implentó la dinámica de estrenar en simultáneo películas en el cine y en streaming.

-Sí, cuando van al mismo tiempo a las plataformas, están haciendo pelota el cine. Faltan regulaciones, un poco de solidaridad... Sobre todo, son nuevas formas de comunicar la ficción. Vos filmás igual, con un libro, producción, pero lo que cambia es el sistema de distribución, por eso siento que hay que tener más presentes los canales de aire. Muchas veces se piensa con la cabeza de un porteño, pero con la pandemia nos dimos cuenta que los actores y actrices somos esenciales, cumplimos una función social importantísima, para darle alegría a la gente, para reírnos de los absurdo, sacarlos de es lugar oscuro, tan metido en la muerte. Por eso, la apertura de los teatros fue una bocanada para todos y para los que nos dedicamos a esto es una fiesta.