Norma y Mimi Pons formaron una de las duplas más recordadas de los años ‘70 y con su talento, carismo y exuberancia conquistaron el corazón del público argentino. Pero más allá de la relación simbiótica que tenían sobre las tablas, a nivel personal no se llevaban tan bien. “Como hermanas nunca fuimos compinches, discutíamos mucho”, reveló Mimi en una entrevista íntima con el Negro Oro por Radio Rivadavia.

Y aseguró que tras la muerte de Norma, en abril de 2014, no extraña la figura de su hermano, sino la de su amiga y compañera de trabajo. “No sé si quedarme sin mi hermana fue lo que me dolió, pero sí quedarme sin la amiga que venía todas las noches a conversar conmigo. No extraño otra cosa de mi hermana”, explicó Pons y aseguró que a los 72 años no le tiene miedo a la muerte. “Es parte de la vida. Nacer y morir son palabras reales, que hay que asumirlas. Si tengo que sufrir muriéndome, sufriré porque a lo mejor me gusta sufrir”, afirmó.

Además, recordó que Norma nunca quiso ser vedette, sino que soñaba con protagonizar obras en el teatro Cervantes o en el San Martín. “Siempre fue una gran actriz y esa era su ilusión, pero nunca lo pudo lograr”, manifestó y reveló que cuando a fines de los ‘70 decidió abandonar su carrera artística para abocarse a su familia, tuvo problemas con su hermana.

“Cuando me casé, estuvo seis años sin ser convocada en ningún teatro. Hasta que Gasalla quiso que yo participara en un espectáculo, pero como mi marido -el empresario Alfredo González- no estaba de acuerdo, le dijeron a mi hermana y fue un éxito”, expuso la menor de las Pons.