Mientras disfruta de la popularidad que le sumó su participación en "MasterChef Celebrity", Claudio "El Turco" García visitó a Jey Mammon en "Los Mammones" y recordó su infancia humilde en Villa Fiorito y cómo se las ingeniaba para ganar dinero. "Iba con mi vieja a la iglesia de Pompeya y no teníamos un peso. Mi viejo no me daba porque no tenía. Mi mamá se iba a rezar, mi hermana se iba para un costadito y yo pedía limosna haciéndome el cieguito", confesó el exdelantero de Racing y Huracán.

tuY explicó cuál era su estrategia: "Decía: 'Una limosnita para este cieguito por favor'. Y con lo que juntaba me compraba caramelos o un panchito por ahí. Tenía un hambre...". Además, recordó que le costaba mucho estudiar y repitió primer grado. "Me costaban mucho los acentos, escribía 'mama', 'papa', por eso escribo todo en imprenta porque el acento es opcional", contó entre risas.

En relación a las repercusiones de su paso por el reality de cocina, el Turco se mostró agradecido por el cariño que el público le demuestra a diario. "Soy Piñón Fijo en la calle. La verdad que es lindo lo que me pasa. Yo creía que el fútbol era todo, que si bien para mí es todo, abarcaba mucho más de lo que yo pensaba y con esto de 'MasterChef' fueron conociéndome chicos de 4 años, de 8, de 20, gente mayor que no es del fútbol, entonces es como que me voy a morir conocido", señaló y aseguró que lo conmueve que los más chicos le pregunten si es real.

Por último, se refirió a la muerte de Diego Armando Maradona, con quien mantenía una estrecha amistad. "Mi opinión es la de siempre. Él estuvo secuestrado. Llegué a tener hasta 6 teléfonos de Maradona. Tuve un audio de él que decía 'vamos a comer unas carnes Turquito cuando pase todo esto'. Anteriormente le había mandado un mensaje, me habla y me doy cuenta que no era él, en los términos. Entonces le digo 'Armando, no sos vos'. Y se ve que a las dos horas le dijeron 'tenés que hablar con el Turco'. Y ahí habló conmigo", relató.

Y agregó: "Es muy personal esto y me importa un carajo lo que me digan, la muerte de él era evitable cien por cien. No había un desfibrilador, no había ambulancia, no estaba atendido, la pastilla principal para el corazón no la tomaba. Murió solo en un playroom con un baño ecológico abajo".

Por último expuso su teoría sobre la tristeza que invadía al "Diez" en el último tiempo: "Cuando las rodillas no le daban más se bajoneó un montón. Después no podía hablar bien. Después del cumpleaños 60 estaba prácticamente solo. La gente del fútbol hacía 10 años que no hablaba con él, no hablaba con los del 86, del 90 ni con nosotros".