Por una decisión de la producción, en los últimos días de programa, antes de la gran final del lunes 27 de marzo, volvieron a entrar a la casa de Gran Hermano los primeros tres eliminados: Martina, Holder y Mora, desconcertando por completo a los finalistas, Marcos, Nacho y Julieta, que no se esperaban esta visita.

Antes de volver al reality, Martina publicó un polémico video en su Instagram: “Ahora sí, no lo podía contar. ¡Qué divertido! Se viene una semanita muy polémica. No saben lo contenta que estoy. Lo sabía hacía unos días pero tenía miedo de que hubiera un cambio de último momento entonces no quería contarlo. Para todos los que me preguntan a Julieta le voy a llevar un pañal...”. “¿Qué más puedo hacer?”.

Sin embargo, al entrar nuevamente a la casa aseguró que su llegada sería “en son de paz”. Y así lo fue en las primeras horas. Pero después cumplió su promesa y logró desestabilizar a Julieta.

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Le cambió la letra al tema que Shakira compuso junto a Bizarrap y le cantó en la cara a su compañera: “Tiene nombre de persona buena, claramente no es como suena. Es un forro que la cagó con todas y encima manda todas las fotos. Las tengo guardadas en mi celular”.

 Tomás Holder, que ingresó para hacer campaña por Julieta para que gane, remarcó que eso no es así. Y si bien Julieta se mostró indiferente en ese momento, más tarde se quebró en una charla con Marcos, Nacho y Mora, donde reconoció no soportar más la presencia de Martina dentro de la casa. “Cansa todo el tiempo como habla. Me pone de mal humor, me frustra”, dijo entre lágrimas.

Cabe destacar, que antes del ingreso de los ex participantes, Julieta se había referido a lo mal que le caía Martina: "No me la banco. Es una envidiosa, cada cosa que hacía... es la típica envidiosa, se la pasaba haciendo caras. Pura envidia tiene. Te juro que la vi y ya me cayó para la mier... Fue algo que me pasó apenas la saludé".