Flor Otero: su carrera, su relación con Germán Tripel y su opinión sobre la maternidad
La talentosa actriz habló con Noticias Argentinas, a días de convertirse en la nueva protagonista de la obra teatral “Las Cosas Maravillosas”.
Florencia Otero es sinónimo de comedia musical. Es una de las actrices que más se destacan a la hora de interpretar personajes que cantan sobre el escenario. Hace muchos años, cuando estuvo al frente de “Rent” por primera vez en la Argentina, se enamoró de uno de los chicos del elenco, el ex Mambrú Germán Tripel, su compañero y padre de su hija Nina, de 8 años.
El 2024 fue un año que la tuvo en dos proyectos muy diversos, “El Principito” y “Personas, Lugares y Cosas”, ambos espectáculos elogiados por el público y también por la crítica. Durante una charla con Noticias Argentinas, la actriz habló a fondo de su experiencia teatral, sus proyectos y la maternidad.
Noticias Argentinas: ¿Cómo recibiste la propuesta para ser la nueva protagonista de “Las Cosas Maravillosas”?
Flor Otero: “Hace rato que ya había visto la obra y me había parecido preciosa. Conocí al autor (Duncan Macmillan) porque justamente estaba haciendo una obra suya. Y cuando vi que la seguían haciendo, la llamé a Mey (Mercedes Scápola, la directora) y le dije si no tenía ganas de venir a ver la obra que ya estaba haciendo, que era del mismo autor. Se vino con los productores de ‘Las Cosas Maravillosas’ y cuando salimos, me dijeron que les había encantado mi trabajo y que si me interesaba ser parte de la nueva puesta en verano de ‘Las Cosas Maravillosas’, que van cambiando el narrador cada tres meses.
Por supuesto me pareció fantástica la idea porque, moría de ganas de hacerla en algún momento. Sabía que ya la habían hecho un montón de actores y actrices (Andy Kusnetzoff, Franco Masini, Candela Vetrano, Victorio D’Alessandro). Y la verdad es que es un autor que a mí me fascina, que siempre tiene alguna propuesta en su dramaturgia que me atraviesa de alguna forma.
Es una obra que está tan bien escrita que es como si fuese un traje a una medida universal. Le queda bien a cualquiera, esta es mi sensación. Porque la hay con gente muy distinta, cada uno con una propuesta y una poética muy particular de cada uno. Incluso de distintas edades, de distintos géneros. Y la verdad es que cada uno puede aportarle lo suyo porque la obra te permite eso.
NA: Este año estuviste en dos proyectos muy distintos, ¿disfrutás más de la comedia musical para toda la familia o preferís los nuevos desafíos?
FO: Depende el año y depende el material, porque este año hice cosas muy distintas, pero las disfruté mucho ambas. Siento que una también era el cable a tierra de la otra, porque con ‘Personas, Lugares y Cosas’, que era la otra obra que estaba haciendo en San Martín era la historia de una persona con adicciones, una persona con asuntos existenciales muy profundos, que duraba dos horas y pico, que tenía un trabajo físico y emocional muy fuerte, y ‘El Principito’ era pura luz.
Entonces había algo de esa compensación que a mí, como actriz, a mi cuerpo, a mi instrumento, le hacía muy bien, porque sentía que podía drenar ahí otra cosa. Lo disfruté muchísimo. Y los equipos de laburo también son muy distintos.
En general, el material, con Germán, con mi marido, siempre hablamos de eso, que se empapa un poco la energía del material, ¿no? Y uno se vuelve un poco, en el buen sentido, el personaje, porque empezás un poco a eso, a compartir experiencias de las que habla la obra con tus compañeros, a plantearte, tal vez, dudas en la búsqueda de tu personaje, pero que te empiezan a interpelar a vos, aunque sabés que la obra terminó ahí y que dejas tu traje, el traje de tu personaje y seguís con la vida. Pero es inevitable cuando uno usa ciertas fibras personales, porque usás tu cuerpo, usás tu voz y trabajás con tu compañero frente a frente. Entonces hay algo en esa energía que es inevitable que te toque alguna fibra.
Y el que dice que no, bueno, capaz es porque no profundizó. A mí me interesa y me encanta que me pase eso. Obviamente que a veces te hace un poco de ruido en la cabeza porque decís, ‘uy, pucha, me quedé pensando en este asunto’. O incluso como un espectador, cuando estás hablando de un tema y ves a una persona en segunda fila sin querer queriendo, porque a veces el ojo se va para ahí, totalmente conmocionado o llorando.
NA: Notás que a pesar de estar muy expuestos tanto vos como Germán nunca estuvieron involucrados en escándalos mediáticos, ¿por qué ocurre eso?
El interés no está puesto en eso, supongo. De todas formas, sí hablamos mucho de nuestra vida privada porque como nos conocimos laburando, siempre que nos hacían una entrevista era, bueno, ‘¿cómo se conocieron? ¿Cómo es laburar en pareja?’ Cuando llega Nina (su hija que nació en 2015) a nuestra vida, de pronto también empezó un poco a ser contada en los medios. Pero creo que buscamos un poco, no sé si es inconscientemente o con el tiempo, también elegimos en qué momento y qué contar. No tenemos problema de hablar de nada, Hay algo que también tenemos una comunicación en la que nosotros ya hablamos de todo, entonces de pronto si nos preguntan algo que por ahí les resulta picante como entrevistadores, nosotros no tenemos drama en charlarlo. Entonces tal vez esa es la forma de no entrar en un conflicto.
Veo programas de espectáculos para no estar tan cuelgue. Pero de ahí a crear una opinión al respecto, hay tantas cosas alrededor para preguntar antes de generar una opinión… Y es una forma también de respetar a un compañero o a uno mismo para decir ‘mirá, no tengo una opinión sobre eso’. Por ahí podemos tener diferencias e insisto, para nosotros es hablarlo en el lugar donde hay que hablarlo, no somos muy enroscados.
NA: ¿Su hija Nina quiere seguir sus pasos?
FO: Encontramos que cada vez le gusta más, pero la verdad es que la dejamos que siga jugando todos los roles que le interesan, porque ahora nos pidió empezar a estudiar teatro musical y obviamente a partir de su inquietud nosotros le damos rienda libre, pero si me dice eso o me dice quiero estudiar contaduría, va a tener la misma rienda libre de nuestra parte. Obviamente me llena de orgullo cuando me dice eso, digo que bien que te guste y no que lo odien, porque me daba miedo. Podía pasar eso, que de tanto ver, diga ‘no, yo no quiero saber más nada’.
NA: ¿Tienen ganas de tener más hijos o con una ya está bien?
FO: No, lo hemos pensado. Pero la brecha de la edad de Nina es cada vez más grande y también es todo un asunto traer a una persona al mundo y más en este contexto. Entonces nos preguntamos muchas cosas más que si queremos tener otro hijo, que probablemente la respuesta podría ser un sí. Pero la verdad es que hay tantas cosas y cuestiones alrededor que decís, mejor no, mejor tratemos de darle una vida preciosa a nuestra hija y a tratar de mejorar el mundito alrededor.
NA: ¿Qué los tira abajo? ¿La situación económica? ¿La inseguridad? ¿Qué es lo que los hace decir mejor no?
FO: Sí, un poco todo, qué sé yo, el saber que estás trayendo a una persona al mundo como está hoy, ya me parece hasta un poquito injusto. Decir no sé si quiere alguien en este momento por un deseo nuestro. En su momento también pensábamos porque, no sé, yo tengo ocho hermanos y pensaba qué hermoso sería que Nina sepa lo que es tener un hermano porque mis hermanos son todo. Los amo y el vínculo que tengo con ellos es precioso. Y después digo, pero ¿y quién dice que va a tener un vínculo precioso? Por el hecho de que sepa lo que es un hermano, voy a traer a otra persona al mundo. Empiezo a cuestionarme todo. Y también la calidad de vida que le podemos dar a Nina y que Nina nos pueda acompañar a todos lados y nosotros estar presentes para ella en todos los procesos.
No sé si quiero dividir ese foco y ese nivel de asistencia que tenemos el uno para el otro. Porque no es lo mismo ir con una nena y un bebito. Y que estás para el proceso de entrando en secundaria para Nina y ahora otra vez la adaptación al maternal. Hoy prefiero que no. Por ahí esto cambia, eso es lo que pienso hoy, no lo sé.
NA: Mencionabas la situación económica del país y sin embargo los teatros están llenos de gente, ¿cómo se explica?
FO: El teatro tiene de todo. El teatro es resistencia, el teatro es revolucionario, el teatro refleja un poco el mundo. Esa es su tarea inicial, o al menos así es como me gusta verlo a mí.
Es un poco el espejo del mundo. Entonces a veces las personas van un poco a buscar esa necesidad que tienen en el momento. En general, y esto también es una visión súper personal, hay mucha gente que va a ver obras de entretenimiento para olvidarse un poquito de la vida. Dicen ‘me quiero ir a reír porque tengo una vida muy agitada y con muchos problemas, entonces quiero ir a reírme. No quiero ir a pensar al teatro, no quiero irme llorando al teatro. No, salí para divertirme’.
Bueno, ese tipo de teatro está. Hay otra gente que dice, ‘che, andá a ver esta obra porque mirá, habla de este asunto y yo creo que te va a hacer bien en este momento’. Hay otros que van a ver porque son teatreros, porque ven de todo, porque les gusta al teatro. Y hay otros que van a ver para reírse de lo que va a pasar porque les resulta de pronto bizarro o una experiencia teatral. Y te dicen, a ver qué onda, esto, y van igual, como un plan de salida y después van a cenar. Bueno, yo creo que Buenos Aires tiene todo esto.
Y en momentos en donde el mundo empieza a prender fuego, no hablo solo de nuestro país, hablo mundialmente, se prende fuego todo. Es inevitable que uno tenga la necesidad de expresarse como artista y como espectador. Entonces hay muchas obras porque todos tenemos necesidad de contar, de decir, de explorar todo esto que nos pasa y tratar de encontrarle, no sé si una respuesta, pero tal vez más preguntas para poder seguir avanzando hacia otro lugar. Y lo hacemos como artistas y al espectador un poco creo que le pasa lo mismo.
NA: ¿Por qué el espectador elegiría Las Cosas Maravillosas?
FO: Porque es una obra llena de vida, porque es una obra que muestra una mirada del mundo distinta, que presenta al problema como una oportunidad. Y eso es una forma de vida. Y a mí me parece precioso ver eso. No desde una forma de negación, sino todo lo contrario, decir, a ver, estas son unas cartas que están sobre la mesa, ¿qué puedo hacer yo con esto? Lo miro desde un lado positivo, optimista, generoso para con otro. Y eso hace que esta lista de cosas maravillosas por las que vale la pena vivir, empiecen a transformar no solo al personaje, sino a cada persona que va a ver la obra.