“Estuve totalmente al tanto de lo que pasó con el documental. Primero con la suspensión de los tres proyecciones programadas” y luego con “la manipulación”, dijo Fito Páez, en relación al documental La Habana de Fito

El artista dijo que había habido “un poco de ruido, pero sin ninguna explicación aparente; que es como funcionan las cosas en Cuba lamentablemente”.

En el documental, Páez desliza algunas críticas a determinados episodios de la historia cubana lo que llevó al régimen a cancelar primero las presentaciones programadas de “La Habana de Fito” y luego a emitirlo por la TV con una advertencia previa y un panel crítico, sin advertir ni pedir permiso al realizador, Pin Villar, ni al propio artista.

La respuesta del régimen fue que “existen bases legales para tomar ese tipo de acciones en situaciones excepcionales”.

Es lo mismo que señaló Fito Páez, quien tuvo contacto con el viceministro de Cultura cubano a través de su manager: “Hay una ley en Cuba que no permite hablar en contra del régimen. Él (mi manager) le dice (al viceministro) que cómo le vamos a asegurar a Fito de decir lo que quiere si está esta ley, y decidimos no hacerlo (no proyectar el documental) en esas condiciones”.

Fue entonces cuando las autoridades cubanas decidieron mostrarlo en un programa de televisión con una advertencia previa, algo que Páez califica de “movimiento infantil” y “manipulación”: “Hacen la pasada del documental en TV abierta, de un día para el otro, sin tener la autorización de Juan Pin, los derechos musicales y mi permiso para pasarlo. Eso se convierte en una provocación”.

Además, agregó el músico rosarino, “le informan al espectador que van a suceder cosas que no están bien: pasan el documental y dicen ‘acá no hay ninguna censura’ pero lo están pasando sin permiso del director y sin establecer un debate”.

Luego las autoridades lanzaron una campaña para relativizar el contenido del documental, denunció Páez: “Empiezan a publicar en redes que yo fui manipulado, como si fuese una táctica de los servicios de inteligencia antiguos. Intentan instalar la idea de que Juan Pin me manipula para que yo diga lo que digo allí”

El régimen dijo en su defensa que Fito Páez era un amigo de Cuba. “Yo soy amigo del pueblo cubano, no soy amigo de ellos. Ellos no representan al pueblo cubano y voy a estar allí hasta las últimas consecuencias. Intentar acusarme o considerarme una persona manipulable habla de lo poco que me conocen y es una falta de respeto”.

Luego Páez aludió al tiempo que lleva el castrismo en el poder: “Ya pasaron 64 años, caballeros. Ya está, ya se terminó. Basta de echarle la culpa al bloque norteamericano. Hay que buscar otras formas, una manera más inteligente para que no siga muriendo gente de hambre ni en el mar. A veces los sistemas fracasan y uno queda atrapado en una enredadera. No vale la pena una sola vida humana para que nadie sostenga una idea en favor de su propia vanidad. Ellos piensan que son Cuba pero la burocracia cubana no es Cuba. En qué momento las banderas ideológicas representan la vida de los pueblos? Eso no ha sido más que vanidad y sangre derramada en la historia, nada más”.