El calvario de Britney Spears: "Solo quiero que me devuelvan la vida"
La cantante se presentó ante la Justicia estadounidense para pedir el fin de la tutela de su padre, quien hace trece años controla su vida.
En 2008, Britney Spears pasaba su peor momento. Luego de sufrir un colapso mental por el que fue portada de los medios más importantes del mundo y protagonizar varios escándalos, su carrera, sus finanzas e incluso su intimidad quedaron en manos de su padre, Jaime Spears. Y a 13 años de ese acuerdo, "La princesa del pop" se presentó ante la Justicia estadounidense para volver a tener el control sobre su vida.
En una audiencia ante una jueza en Los Ángeles, que se transmitió en vivo, la cantante de "Baby One More Time" y "Oops!... I Did It Again" contó el calvario que vive hace trece años. "Sólo quiero que me devuelvan mi vida", manifestó angustiada y reveló que hace tiempo que le cuesta dormir y es infeliz. "Me gustaría demandar a mi familia y compartir mi historia con el mundo", agregó.
Así, la cantante, que inició su carrera artística a los seis años, calificó como "abusiva" a la conducta de su progenitor y aseguró que la tutela se convirtió en una "cárcel". "Quiero poder casarme y tener un bebé. Me dijeron que no podía. Tengo un DIU, pero no me dejan ir al médico para quitarlo porque no quieren que tenga más hijos. Esta tutela me está haciendo mucho más daño que bien", relató. Y reveló que fue medicada con litio, contra su voluntad: "Es una droga fuerte. Me sentí borracha, ni siquiera podía tener una conversación con mi mamá o mi papá sobre nada. Me tenían con seis enfermeras diferentes".
"Me siento intimidada, excluida y sola. Estoy cansada de sentirme sola. Merezco tener los mismos derechos", reclamó y explicó que tanto su madre, Lynne Irene Spears, como su hermana, Jaime Lynn Spears, están de acuerdo con los manejos de su padre. Por otra parte, reconoció que durante mucho tiempo estuvo en un "estado de negación" y que por eso no hablaba públicamente de lo que pasaba en su intimidad. "He mentido y le he dicho al mundo entero: ‘Estoy bien, estoy feliz’", señaló. Y subrayó: "He estado en estado de shock. Estoy traumatizada".
Además, la artista de 39 años sostuvo que no sabía que podía pedir el fin de la tutela y que dudó en contar lo que le estaba pasando. "Lo que he vivido es vergonzoso y desalentador, y es la principal razón por la que no hablé abiertamente. Pensé que nadie me creería", expresó la mujer que recibió el apoyo total de sus seguidores a través del hashtag #FreeBritney.
Por su parte, los abogados de Jamie Spears aseguran que el hombre hizo un excelente trabajo manejando el patrimonio de su hija. Sin embargo, Britney comparó su situación con el tráfico sexual. "En California, lo único similar a esto se llama tráfico sexual, hacer que cualquiera trabaje en contra de su voluntad, quitándole todas sus posesiones, la tarjeta de crédito, efectivo, teléfono, pasaporte", disparó.