Feliz por la reapertura de los teatros, Dady Brieva se luce viernes y sábados en el teatro Picadero con Súper Dady, el mago del tiempo, un espectáculo unipersonal en el que narra distintas anécdotas de su vida a través de música, personajes y mucho humor. Y aunque la pandemia llevó a muchos artistas a probar suerte con las redes sociales y distintas plataformas audiovisuales, el actor y humorista, prefiere el trabajo tradicional.

"Me cuesta abordar ciertas cosas que abordan otros, como abrir mi propio canal de YouTube, aunque hay miles de videos de mis trabajos", reveló en diálogo con Diego Ramos y su equipo de Todo incluido, en La Uno. Y explicó por qué no piensa cambiar de idea: "No tengo ganas de hacerlo y no hago lo que no siento". Además, reconoció que se emocionó hasta las lágrimas cuando pudo volver a subirse a las tablas y vio a 145 personas disfrutando de su espectáculo: "Estoy muy agradecido y espero que cada vez sea más".

Pero más allá de los recursos tecnológicos que se pusieron en auge en el último tiempo, el artista santafesino destacó que su profesión es dinámica y que eso le gusta. "Me voy amoldando y le doy bola a las tripas que nunca me hayan y al corazón del artista. No trabajo para el éxito ni quedarme en los lugares cómodos. Cuando algo no me gusta, pateo el tablero", expresó en relación a la versatilidad que ha mostrado en televisión y teatro.

Y manifestó su deseo de asumir otro tipo de desafío. "Me gustaría incursionar en el cine y la plataforma de Netflix, pero como no tengo el 'know how', porque me he especializado en teatro, estoy tratando de meterme con algunos castineros", explicó. Y expuso su teoría sobre los motivos por los que no lo convocan: "Cuando no estás en el listado no cuentan con vos, no lo hacen de malos pero quizás no saben si estoy dispuesto a hacerlo".

A nivel personal, el confeso hincha de Colón de Santa Fe aseguró que hace tiempo que se propuso hacer un profundo trabajo personal para "deconstruirse". "El hombre inseguro es realmente un peligro", dijo en relación a la exposición que tiene su esposa, la bailarina Mariela "La Chipi" Anchipi en los medios. "Una mina no se tiene que comportar como un hombre para ser fuerte. Demostraron que realmente pueden hacer valer sus derechos sin necesitar una figura masculina", destacó.

Estos cambios sociales también repercutieron en su trabajo como humorista, motivo por el que dejó de hacer sketches sobre la sexualidad de otras personas "Lo que no hace reír no lo digo. Con Midachi teníamos un sketch de 'El trío de trolos' y hoy no hace reír. Lo saco por eso, no por corrección política", admitió.