Todavía no tiene fecha de estreno pero está claro que Killers of the Flower Moon, un thriller de Martin Scorsese basado en la novela homónima de David Grann que será distribuida por Apple Original, genera muchas expectativas para los próximos meses. Y recientemente se confirmó que Brenda Fraser, conocido por sus roles protagónicos en La Momia y George de la Selva, entre otros, se sumará al elenco que encabezan nada menos que Robert De Niro y Leonardo DiCaprio, quien también se desenvuelve como productor.

Hace más de dos años que Scorsese comenzó a trabajar en este ambicioso proyecto. Y aunque en 2020 estaba todo listo para iniciar el rodaje, tuvo que retrasar todo debido a la pandemia de Covid-19. Además, el presupuesto necesario para llevarlo a cabo fue un foco de conflicto, sobre todo en un momento crítico para la industria audiovisual.

Según trascendió, a la compañía Paramount Pictures le parecía que los costos, de caso 200 millones de dólares, eran demasiado elevados para producir y distribuir el material, motivo por el que Scorsese el año pasado se reunión con Netflix y con Apple TV+ para que lo ayudaran en la financiación. Finalmente, la empresa de la manzana se uniría a Paramount en la distribución del proyecto pero aún no se sabe si llegará a los cines o en directamente a plataforma de streaming. Otra posibilidad es que estrene en los dos lados en simultáneo, una dinámica que se instaló en los últimos meses con películas como Black Widow y Dune, que saldrá a la luz a fines de septiembre, y que trajo aparejados varios inconvenientes.

Por lo pronto, se sabe que el elenco de esta mega producción lo completan Jesse Plemons, Lily Gladstone, Tantoo Cardinal, Cara Jade Myers, JaNae Collins, Jillian Dion, William Belleau, Louis Cancelmi, Jason Isbell y Scott Shepherd, entre otros artistas. Y hasta el momento, en el rodaje, que se estima que durará siete meses, aparecieron varios obstáculos.

En principio la producción iba a empezar en febrero en Oklahoma, pero se demoró dos meses. Se montaron sets de grabación en los condados de Osage y Washington y estaba todo bastante encaminado hasta que a mediados de mayo, De Niro sufrió una lesión en uno de sus cuádriceps y tuvo que regresar a Nueva York para iniciar un tratamiento con su equipo médico. Pero afortunadamente, este hecho inesperado no afectó al granograma de filmación ya que el destacado actor debía continuar con sus escenas recién en junio.