Argentina es una fábrica de pobres cada vez más pobres, con movimientos sociales cada vez más ricos

Mientras el presidente trataba de convencer por zoom a los fondos de inversión de que Argentina es un país que ofrece muchas oportunidades, todos veíamos las condiciones infrahumanas en las que “vivía” la niña M, una más de los 4 millones de indigentes que tiene este país que “ofrece muchas oportunidades”. Oportunidades...para empobrecerte.

La Canasta Básica Total, que mide los ingresos que necesita una familia para no ser pobre, ya llega a $58 mil. El salario mínimo es $20587. O sea, se necesitan 3 salarios mínimos para no ser pobre.

El 11% de los hogares en Argentina son monoparentales, es decir, una persona sola a cargo de los hijos. Y en el 84% de las veces, esa persona es una mujer.

Esto hace que la pobreza en los hogares monoparentales sea mucho mayor, por lo menos un 10% más que la tasa general, que ya está por encima del 40%.

Y en el caso de la pobreza extrema, como en el caso de la niña M, los chicos en familias monoparentales duplican el nivel general, que en menores es el 64%.

La Canasta Básica Alimentaria, la que mide cuánto se necesita para no ser indigente, lleva acumulado un aumento del 46,4%. Casi el 50% en un año.

O sea, Argentina es una fábrica de pobres e indigentes. Estos últimos ya superaban los 4.000.000 y se espera que en 2021 van a ser muchos más.

De hecho, en lo único en lo que creció el país en los últimos años en forma sostenida es en generar pobreza.

Lo mejor que hicimos en los últimos 30 años es crear pobres. Pobres cada vez más pobres, con movimientos sociales cada vez más millonarios.

Esta semana, Fernando “el Chino” Navarro reconoció que el 1.400.000 pesos que se encontró en una combi era para hacer un acto del Movimiento Evita, del que él es dirigente. Esa suma equivale a 56 canastas básicas. Es el alimento para la niña M y sus hermanos durante 4 años y medio

Sin embargo, nuestros políticos están más preocupados por capitalizar el hallazgo del cartonero con la nena, medalla que se quieren colgar a pesar de que le pertenece solo a la vecina que lo encontró gracias a los medios que lo difundieron. Ella es la única heroína en esta historia.

Mientras, la niña M va a volver a su “vida” (llamarle vida a eso es ser muy generoso, eso es mera supervivencia) carente de absolutamente todo.

Aunque Miguel Pesce, presidente del BCRA, diga que Argentina “no tiene un problema de escasez sino de abundancia”, porque tenemos 130 mil millones de dólares “en el colchón”, sin invertir en el sistema.

No, Pesce, Argentina no tiene un problema de abundancia. Argentina tiene un problema de escasez : de escasez de dignidad.

(*) Por Guadalupe Vázquez, periodista de Radio Rivadavia y LN+