Por Antonio D'Eramo

El dueño y fundador de Wenance, Alejandro Maszak, tiene la lupa de la Justicia encima desde 2017. De hecho, la fiscal de instrucción, Mónica Cuñarro, había solicitado un pedido de indagatoria en 2019, que fue realizado ante varias acusaciones de estafas de damnificados por la compañía crediticia aunque, un año después, el juez Alberto Baños dictó una falta de mérito. No un sobreseimiento.

En materia judicial, sobreseimiento mata falta de mérito. La diferencia entre el sobreseimiento y la falta de mérito es que ésta última no es definitiva. A pesar que todo indicaba que había un posible delito, el Juez Baños, consideró que “no hay mérito” para que el imputado sea acusado por ahora en un juicio.

Sin embargo, la misma fiscal, Mónica Cuñarro, continuó acumulando denuncias y calificó el accionar de los ejecutivos de Wenance de "una organización criminal" por lo que, ante 19 nuevos casos investigados, reiteró, recientemente, el pedido de indagatorias de cuatro responsables de la fintech, además del citado Maszak, el juez convocó  a Santiago Hardie, Gustavo Molas y Paola Vallone para que declaren el próximo 9 de agosto tras el receso invernal.

Mientras que Alejandro Maszad es el CEO del grupo, Molas, Vallone y Hardie, ex secretario de Agricultura Familiar durante la gestión de Luis Miguel Etchevehere bajo la administración de Mauricio Macri, están vinculados a sociedades integrantes del grupo económico controlante de la firma.

La resolución judicial reportada por el sitio Infobae señala que "…la maniobra consistió en otorgarles un préstamo de dinero a través de la firma de un contrato de mutuo, el cual sería cancelado mediante el débito automático del dinero de sus cajas de ahorro en cuotas mensuales y consecutivas”. Según determinó la fiscalía las tasas de interés que cobraba CILSA y luego Wenance eran un 55%, en promedio, más altas que las del mercado. Además, una vez cancelados los préstamos, seguían debitando dinero de las cuentas, hecho que, en algunos casos, determinó la quita total de fondos de los damnificados.

Alejandro Maszak tiene un C.V. prominente en empresas financieras, antes de fundar Wenance, dirigió una firma que otorgaba créditos de manera tradicional pero, a partir del  2013 migró hacía el universo fintech, sustantivo con el que se reconoce a la industria financiera que  aplica nuevas tecnologías a actividades financieras y de inversión, para alcanzar a la población no bancarizada de la Argentina.

Una idea sustentada en la difundida informalidad laboral que rige en nuestro país y que, sumado a la crisis económica que atraviesa, muchos ciudadanos terminan necesitando la asistencia de prestamistas que operan por fuera de los canales tradicionales, entidades bancarias reguladas por la Comisión Nacional de Valores (CNV) y el Banco Central, y que suelen cobrar tasas usurarias de retorno de los créditos hasta llegar a la locura de solicitar a los tomadores de créditos, devoluciones diarias de interés y capital.

En ese contexto un reciente  informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) titulado "Fintech en América Latina y el Caribe, un ecosistema consolidado para la recuperación" reveló que la industria de la tecnología financiera enfocada en préstamos en línea y que se pueden solicitar con mínimos requisitos y a través de dispositivos móviles, experimentó un notable aumento en los últimos años en toda la región incluida la Argentina.

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Esta inclinación se origina a partir de múltiples variables, la principal el auge de las nuevas tecnologías difundidas durante la pandemia de Covid-19, e impulsada por las extensas cuarentenas obligatorias dictadas por una gran cantidad de Estados que limitaron la actividad de la ciudadanía, además de las limitaciones burocráticas que impiden el acceso a crédito convencional por parte de una considerable porción de la población, que trabaja en la informalidad y la integración de la tecnología en los procedimientos de evaluación crediticia. 

Dichos elementos ejercieron una influencia significativa y aceleraron la adhesión a dichas plataformas con el fin de obtener financiamiento.

En Argentina se presentan diversos factores que contribuyen a la limitada disponibilidad de préstamos convencionales. Uno de  los puntos principales es la voracidad del Estado que se queda con la porción mayor de la oferta crediticia de la banca tradicional en detrimento del sector privado.

La disponibilidad del ahorro nacional que es utilizado para financiar gasto corriente del Tesoro y saldar pasivos del Banco Central está provocando una hipoteca productiva a futuro al poseer, emprendedores y consumidores en general, cada vez  menos oferta crediticia de parte de la banca tradicional que a través de la intermediación financiera, utilizan depósitos de terceros para dar crédito, prestan en un 77% de la totalidad de sus depósitos, al Estado nacional.

Por otra parte, Wenance continúa trabajando en reestructurar su deuda con los ahorristas e inversores que no cobraron sus intereses por invertir en dos fideicomisos que fueron destinados a préstamos para personas no bancarizadas.

Ante el incumplimiento de pago, el equipo de Maszak realizó una propuesta escrita en la que se compromete a devolver el capital  en 12 meses, supuestamente “con una tasa de interés a convenir” de acuerdo con grupos de inversores damnificados que ya alcanzarían, provisionalmente, a más de 3.000 afectados solamente en el mercado argentino.

El mensaje difundido a las cuentas personales de los damnificados y que lleva la firma de Maszak es menos preciso y afirma: "Estimado inversor, nos dirigimos a usted para comunicarle que la empresa honrará todos sus compromisos de capital invertido. La compañía elaboró una propuesta de pago que contempla su inversión y la viabilidad del negocio. En función a ello, hemos puesto a disposición el siguiente teléfono +549 (11) 7165-4000 para que pueda comunicarse con nosotros de lunes a viernes de 10 a 21 hs, dejando su nombre y apellido, y así su asesor se pondrá en contacto en los próximos días”.