El director del Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) de la Universidad de Belgrano, Víctor Beker, se refirió al cumplimiento del entendimiento alcanzado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y consideró que “en última instancia la inflación puede ser la variable de ajuste para cumplir las metas fiscales con el Fondo”, a partir de que “el acuerdo no contempla ninguna meta inflacionaria”.

En diálogo con NA, Beker, explicó que esto puede ocurrir “si algunas metas no se llegan a cumplir, particularmente en el plano fiscal”, ya que “eso se puede lograr con una inflación más alta”, e insistió en que “el hecho de que no esté previsto ninguna meta de inflación, le da cierto grado de flexibilidad al gobierno”.

Específicamente, en relación a la cuestión inflacionaria señaló que el problema “es fundamentalmente en el plano social, donde el deterioro a nivel ingreso real de las personas genera un fuerte mal humor” y aseguró que “enfrentar la inflación requiere primero de voluntad política y segundo de un plan, que por ahora no existe”, por lo que consideró que “hay varios factores que se combinan para ser escéptico respecto a que el Gobierno avance en el tema anti inflacionario”.

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Beker remarcó que en el informe del staff técnico del Fondo están descritos “todos los problemas que va a enfrentar el cumplimiento del acuerdo y esto va a implicar que seguramente tenga que tener revisiones”. Además, aseguró que “el mismo prevé una revisión trimestral, por lo que si hay alguna desviación respecto a las metas, ahí habrá que renegociar u obtener un perdón, para poder seguir adelante”.

Asimismo, indicó que “el problema que tiene este acuerdo es que se firma e inmediatamente después estalla la guerra en Europa y obviamente esto genera un cambio en muchos de los datos y los elementos que se tuvieron en cuenta cuando se hicieron las proyecciones del propio acuerdo, es decir que nos vamos a encontrar con que el sendero de los precios de muchos de los productos del mercado internacional no es el que se utilizó en su momento. Por lo tanto, eso ya de por sí va a implicar que seguramente haya desviaciones y habrá que negociar a medida que esas desviaciones se vayan produciendo”.

Sin embargo, expresó que “no necesariamente en la primera revisión puede haber modificaciones. Las revisiones son trimestrales, así que probablemente en la primera haya alguna advertencia y en la segunda habrá que ver en qué medida se están cumpliendo las metas”.

En ese sentido, agregó que “en general, lo que uno prevé es que a medida que transcurra el tiempo algunas variables van a ir presentando desviaciones respecto a lo acordado y esto va a implicar la necesidad de ir renegociando estas metas”. En tanto que con respecto al tiempo en que eso puede suceder insistió que “no digo que sea de acá a mes y medio, pero seguramente vamos a ir viendo como algunas de las metas fijadas no pueden cumplirse”.

Por último, se refirió al frente interno en el Gobierno, y a su impacto sobre el acuerdo indicando que “en el informe del Fondo, es uno de los puntos que marcan, señalando que la falta de consenso al interior de la coalición gobernante es uno de los factores de riesgo con respecto a la posibilidad o no de cumplimiento del acuerdo”. A su entender “para llevar adelante un entendimiento con las características que tiene este sería deseable que por lo menos hubiera un sólido acuerdo al interior del Gobierno y esto por ahora pareciera que es un objetivo difícil de lograr”.

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Beker, consideró que estas discrepancias presentes “van a generar ruido en el intento de tomar las medidas que requiere el acuerdo, particularmente en el tema de tarifas que parece ser uno de los que más está en discusión, y que puede ser uno de los primeros donde aparezca una desviación respecto a lo que se preveía en el punto de partida del entendimiento”.