(MIRA LAURA) Una posible recesión se suma al problema inflacionario para encender alertas en el plan Massa
Si la agroindustria cumple su promesa de liquidar unos 500 millones de dólares semanales a partir de ahora, la Argentina podrá estar más cerca de la meta de acumulación de reservas prometida al FMI.
La elevada posibilidad de que la economía caiga en recesión, sumada al ya conocido problema inflacionario, encienden alertas sobre el plan del ministro Sergio Massa para estabilizar las principales variables, con el
fortalecimiento de reservas como meta sustantiva.
Un dato llamó la atención de los analistas en la semana: el reconocido índice de la Universidad Di Tella arrojó que la probabilidad de que la Argentina caiga en recesión en los próximos seis meses es del 70%. La fuerte suba de la tasa de interés para atacar la inflación sería uno de los factores que explican los pronósticos recesivos.
Se suma el golpe que significará para las empresas medianas el adelanto de Ganancias dispuesto por la AFIP, según advirtieron la UIA, el Foro de Convergencia Empresarial y la Cámara de Comercio.
De las diez series claves que integran ese índice, sólo dos presentaron variables positivas significativas: el panel general y el MerVal, ambos de la Bolsa porteña.
¿Significa que los mercados bursátiles sí confían en que Massa revertirá el presente económico complejo que atraviesa la Argentina? ¿O que las acciones estaban por el piso? El tiempo dará la respuesta.
El dólar financiero en cambio, sigue en niveles de $300 y es uno de los motivos por los que desde la Mesa de Enlace se reclamó al Gobierno reducir la brecha cambiaria como condición clave para alentar la venta de soja de los productores.
Dato clave para la actividad.
Este martes, el INDEC informará el dato de actividad economica correspondiente al primer semestre. Allí se sabrá si en junio el indicador pudo todavía crecer respecto de mayo, o ratificará su desaceleración tendiente a cero.
Por ahora, Massa ya avanzó con anuncios claves: dio una contundente señal de recorte de gastos con una quita de subsidios a las tarifas superior a la que intentó Martín Guzmán, busca transformar unos 200 mil planes sociales en empleo, y le da un guiño a quienes tienen dólares en el colchón para contar con un año más, con el fin de blanquearlos e invertirlos en la construcción.
El ministro de Economía celebró, además, que el Banco Central haya podido recuperar reservas en las últimas tres jornadas financieras, y espera que esa tendencia se mantenga y profundice en las próximas semanas.
Si la agroindustria cumple su promesa de liquidar unos 500 millones de dólares semanales a partir de ahora, la Argentina podrá estar más cerca de la meta de acumulación de reservas prometida al FMI.
Para cumplir ese objetivo se sumarán los US$ 740 millones aprobados por la CAF-Banco de Desarrollo y créditos del BID que Massa piensa destrabar cuando probablemente se encuentre cara a cara con el presidente de ese organismo, Mauricio Claver-Carone, la primera figura internacional que salió a apoyarlo.
Otras opciones de mediano plazo aparecen en el horizonte: el ministro dijo que hay tres bancos internacionales interesados en prestarle a la Argentina, a los cuales se les pidió que unifiquen sus ofertas.
Qué pasa con el gasto.
Anuncios de aumento de gasto público -en especial impulsado por las provincias- y la aceleración inflacionaria, por ahora no lograron ser neutralizados por la promesa de reducir subsidios, el aumento de las tasas y la "garantía" de cumplir con la meta de déficit con el FMI del 2,5% sobre el Producto Bruto este año.
La promesa que hizo Massa de poner un techo al gasto de los ministerios empieza a desvanecerse, sostienen analistas del sector empresarial.
"Se empieza a desinflar la expectativa de que el nuevo ministro pueda obtener resultados favorables", dijo Guido Lorenzo, economista jefe de la consultora LCG. "Se hicieron anuncios en la dirección correcta pero ahora faltan medidas concretas dentro de un plan consistente. Hay que corregir una inercia fiscal que obliga a mostrar más cosas en materia de plan económico", sostuvo Federico Furiase, de Anker Latinoamérica.
En su último informe sobre la Argentina, JP Morgan dijo esperar hasta fin de año un piso de inflación cercano al 6% mensual. La suba de los combustibles superior al 7% anunciada por YPF, sumada a la quita de subsidios a las tarifas, parece darle la razón al reporte de aquel banco de inversión.
Otro dato seguido con preocupación por los hombres de negocios es el aumento en la conflictividad social.
La marcha de la CGT, los permanentes reclamos de los movimientos sociales y las escaramuzas de grupos minúsculos arrojando antorchas encendidas a metros de la Casa Rosada, sin que haya siquiera un detenido, configuran un panorama que poco contribuye para incentivar las inversiones.
Es riesgoso que el Estado aparezca impotente para frenar el delito y la violencia, como está ocurriendo con la quema de pastizales en el Delta.
¿Podrá con la brecha?
La brecha entre el dólar contado con liqui y el mayorista se ubica en el 112%. El tipo de cambio financiero aumentó 2,2% y cerró a $300,30. Acumuló cuatro ruedas consecutivos de suba.
Por qué subió el dólar. En el mercado lo adjudican a un fondo extranjero que decidió desprenderse de una parte de su tenencia de bonos en pesos, con una tasa de apenas 15% anual. Significa que hay desconfianza en que el plan Massa pueda contener la inflación.
Tres fondos internacionales hicieron un negocio pésimo comprando bonos de la Argentina, y sus accionistas les están exigiendo dejar de perder plata y liquidar todo.
Son las dificultades provocadas por la desbalanceada economía argentina. Para colmo, con semejante brecha cambiaria, la inversión extranjera directa se hace cada vez más cuesta arriba.
El país necesita que lleguen inversiones a Vaca Muerta, entre otros sectores claves, en los que está incluido el litio en la zona norte.
¿Podrá Massa reducir la brecha como le piden los inversores y el mercado? Por ahora las dudas le van ganando a las certezas. Un escenario ya habitual en la maltratada economía del país.