Para algunos analistas, como el economista Eduardo Santángelo, la inflación es un elemento que resulta fundamental para que el ministro de Economía, Martín Guzmán, pueda cerrar las cuentas del Estado. No solo porque genera más ingresos por vía de los impuestos, sino porque licua los pasivos.

En ese sentido, un informe privado estima que si se aprobara el Proyecto 2022 con una "nominalidad" del 33% como la que plantea el titular del Palacio de Hacienda, en vez de un crecimiento del gasto de 2% habría una caída real del 12%.

El informe fue elaborado por la consultora financiera Invecq. El reporte indica que el presupuesto prevé que en gasto total crezca de $10,28 billones en 2021 a $14,05 billones en 2022, lo que en términos nominales indicaría una suba del 37%, por encima de la inflación estimada por el equipo económico, pero muy por debajo de lo que proyectan todas las consultoras privadas, que no ven menos del 50% para el año entrante.

"Desde nuestra perspectiva estas variaciones reales no serían posibles ya que la nominalidad de la economía para 2022 serían como mínimo igual a la de este año, sino mayor", indica el reporte de Invecq.

En ese sentido, señala que "con un cálculo de inflación propio y bastante más realista, vemos que todas las partidas del gasto, con excepción de los intereses de la deuda, crecen por debajo de la inflación y por ende concluyen en una corrección del gasto total en términos reales del 12%".

"Esta magnitud de ajuste anual del gasto sería superior a cualquiera de las ocurridas durante el gobierno de Macri, y también es irreal. No caben dudas de que a medida que la evolución de la nominalidad (inflación) se revelara superior a la usada en el presupuesto, se recurrirían a las ampliaciones de los techos presupuestarios mediante decretos", explica el informe.

Si se aprobara el Presupuesto con los números de Guzmán el gasto caería 12% real en 2022

Invecq sostiene que "partiendo de una inflación a fin de este año de entre 51 y 52%, el pronóstico oficial implicaba una drástica reducción de la tasa de avance de los precios, de casi 20 puntos porcentuales en tan solo doce meses" y plantea que "una desinflación de tal magnitud no se registra en nuestro país desde el año 1991 con la implementación del plan de Convertibilidad".

Por otro lado, se señala que la tasa de inflación promedio entonces debería ser del 34% a lo largo del año. "Partiendo de una tasa anual de 52% y terminando en 33%, la manera 'menos extraña' de cumplir con ese promedio anual sería con una deflación de -6,5% en enero y luego con una tasa de inflación mensual que oscilara entre 3% y 3,5%… muy extraño ese comportamiento", plantea la consultora.