Los Precios Máximos llegaron a tiempo para otros productos pero tarde para los huevos avícolas: establecieron $145 para la docena y $60 la media docena. En Provincia de Buenos Aires investigaron la suba de precios que llevó a esos valores, y detectaron una "Mafia del Huevo". El informe reservado es preocupante: dejan a inspectores encerrados, los intimidan e insultan, cierran los galpones y venden en negro, entre otras prácticas.

La inflación general viene bajando (fue de 1,5% en abril), la de alimentos creció sobre todo al principio de la cuarentena, mientras que específicamente los huevos rompieron todos los registros. El llamado mapple, que contiene 30 unidades, pasó de venderse entre $150 a $180, a $300 o más en Capital Federal y Gran Buenos Aires.

Ese comportamiento fuera de la norma llamó la atención de Agusto Costa, actual ministro de la Producción Bonaerense, pero con pasado como último secretario de Comercio en la Presidencia de Cristina Kirchner, sucediendo a Guillermo Moreno. Costa pidió una investigación dentro de su ministerio, que arrojó resultados peores de los esperados. Tanto, que el informe que llegó a sus manos se tituló: "Están Fritos: La "Mafia del Huevo" desafío las inspecciones para aumentar precios.

El informe habla de "productores de huevos que agreden a los inspectores y distribuidores que arman redes clandestinas para esquivar sus controles". También apunta que el gobierno bonaerense aplicó multas de hasta $2 millones, pero que "el objetivo no es la sanción, sino evitar que los consumidores sean víctimas de precios abusivos". Algo que no se están consiguiendo. Además, el paper habla las dificultades propias de "un día en la vida de un inspector", las maniobras para vender en negro, y cómo creció el precio a pesar de los controles y sanciones.

"Un día en la vida de un inspector". De acuerdo al informe, "los productores se violentan, agreden verbalmente y cierran y abren las puertas con los inspectores adentro. En ocasiones, los fiscalizadores requieren auxilio policial". En algunos casos, los agreden al grito de "cagón", cierran puertas y portones con los inspectores dentro de los establecimientos, no brindan información, se resisten y acuden a las excusas más diversas e infantiles: no hay sistema, se rompió la computadora, no anda la impresora, las facturas las tiene el contador, entre otras.

Maniobras para vender en negro. Si hay clausuras, los distribuidores -la "Mafia del Huevo" usan canales paralelos para vender negro. "Y vuelven a subir los precios luego de la inspección" apunta el informe. Las inspecciones detectaron subfacturación en granjas (pocas emiten facturas de manera normal) y distribuidores.

Subas de precios "abusivas e injustificadas, que alcanzan el 100% en un mes". En febrero de este año, según el relevamiento de inflación oficial de la provincia, el cajón de huevos costaba 1.415 pesos, mientras que en mayo trepó a $2.520. Además, de acuerdo al informe, "a los pequeños distribuidores y comercios les aumentan más los precios que a los grandes supermercados, aprovechándose del poder de mercado".