Los productos de la canasta de proximidad siguen sin aparecer y el programa oficial está paralizado
Los comercios minoristas de Capital Federal hoy consiguen apenas entre 17 y 20 de los 60 ítems que están comprometidos, situación que es todavía peor en el interior del país.
A poco de nacer, la canasta ideada especialmente para que los almacenes y minoristas puedan ofrecer 60 productos a precios acordados no puede siquiera dar sus primeros pasos, algo que, a esta altura, ya muchos sostienen que nunca ocurrirá.
La iniciativa ya cumple un mes y los problemas que afronta hoy son los mismos que se daban apenas debutó: en los mayoristas –proveedores de los minoristas- gran parte de los productos involucrados no están, por lo que los pequeños comercios no los pueden poner en sus góndolas.
Este problema tomó tal dimensión que de los 60 productos que hoy conforman esta canasta no se consiguen más de 20. Esta situación, sin embargo, se da sobre todo en Capital Federal y parte del Gran Buenos Aires, aunque en interior del país es mucho peor.
Según explicó a NA el presidente de la Federación de Almaceneros de la Provincia de Buenos Aires (FABA), los inconvenientes más fuertes en este sentido se están dando en tres de los productos más esenciales de la canasta, como dos de las presentaciones de aceite de girasol y el azúcar.
“Directamente desaparecieron. En estos casos específicos no se trata de productos difíciles de conseguir, sino que directamente no están disponibles. El caso del azúcar es particular porque nunca hubo problemas, pero en cuanto se acordó que lo podríamos comprar a $ 69 el kilo, no vimos más la marca que forma parte de este programa”, apuntó Savore.
Por el momento, la actitud que toman los representantes de los minoristas es la de exponer la problemática ante la Secretaría de Comercio Interior, aunque hasta ahora no obtienen grandes respuestas.
“El mensaje es que tengamos paciencia, que ya todo se va a solucionar. Pero esto ya lleva muchísimo tiempo de discusión y nunca se ven grandes avances”, dijo Savore.
Todo esto hace también que la paciencia de los minoristas se agote, lo que en poco tiempo podría desembocar en que, sin que sea su objetivo real, la discusión por la canasta se termine diluyendo, lo que podría ser el final real de uno de los programas con los que el Gobierno intenta controlar la inflación.
“La realidad es que ya estamos muy descreídos de este programa. Es mucho el tiempo que llevamos tratando primero de implementarlo y luego de que funcione”, se quejó otro de los representantes del segmento minorista.
Estas importantes demoras para que el sistema funcione en plenitud, incluso, llevaron a que los propios clientes de los minoristas casi ni tengan registro de la vigencia de este programa.
“La gente ni pregunta. Creo que esto tiene que ver con que nunca llegó a arrancar seriamente, y con que saben que estas cosas nacen y mueren al poco tiempo”, sostuvo Savore.
Previo a la implementación de esta canasta de 60 productos –que según lo previsto tendrá vigencia hasta julio, al igual que +Precios Cuidados, el programa para supermercados- ya se habían mostrado estos mismos inconvenientes.
El foco del conflicto está puesto en que tanto las alimenticias como los mayoristas deben bajar sus márgenes de rentabilidad para los productos involucrados, de modo de poder vendérselos a los minoristas a un valor inferior al que luego ellos lo deberán comercializar y cumplir los listados oficiales correspondientes a la canasta.
Sin embargo, los comercios de proximidad acusan no solo que no encuentran los precios convenidos, sino que además hay mercadería de la que directamente no hay stock.
Esta problemática se había dado ya el año pasado, cuando el Gobierno había intentado por primera vez un mecanismo de este tipo. Pero por aquel entonces los mayoristas no se habían mostrado del todo abiertos a esta posibilidad, por lo que todo quedó en la nada.
Luego, el Gobierno logró un acuerdo con alimenticias y minoristas, que es el vigente en la actualidad, aunque por el momento sin mayor repercusión.
En medio de esto, los precios de los alimentos básicos mantienen la tendencia alcista que vienen mostrando hace ya un tiempo, y que tiene a ese segmento como motor fundamental del crecimiento de la inflación.