Las reservas netas del Banco Central solamente cubren el 3% de los pasivos de la autoridad monetaria al tipo de cambio oficial vigente, aunque la probabilidad de "episodios confiscatorios" como el "corralón" de 2002 es "muy baja" tanto por la inexistencia de restricciones a la devaluación, como fue la ley de Convertibilidad, como por los niveles de liquidez del sistema bancario.

Así lo sostuvo la consultora Invecq en un análisis en el que, no obstante, advirtió que "es imprescindible que el gobierno muestre un giro que permita restablecer la confianza a tiempo", lo que se refleja en el retiro de depósitos en dólares, que forman parte de la porción de reservas que no son de libre disponibilidad.

"La resistencia por parte del gobierno a un nuevo salto devaluatorio en este contexto es lo que hace pensar en algún tipo de maniobra no tradicional y alimenta la desconfianza del mercado", indicó la entidad dirigida por el economista Esteban Domecq.

Al respecto, puso de relieve lo "preocupante" que es "la dinámica que están tomando los mercados paralelos del dólar", con una brecha entre el blue y el mayorista que llegó este lunes al 133%, la mayor en 31 años.

"El nudo gordiano de la delicada situación actual se encuentra en el triple desequilibrio fiscal-monetario-cambiario que muestra hoy la macro argentina y que al equipo económico no parece preocuparle o, al menos, no con la urgencia requerida", señaló Invecq, tras advertir que en tanto el equipo económico siga con su postura, "la presión sobre el mercado de cambios permanecerá y podría seguir escalando".

En ese sentido, puntualizó que "el problema con el dólar hoy no se debe a que estamos importando o viajando mucho, exportando poco o comprando muchos dólares para ahorrar, sino que el desorden fiscal y monetario trastocó las expectativas de devaluación y son los pesos sobrantes los que están haciendo peligrar la estabilidad del dólar".

Esa "incomprensión" del problema señalado por Invecq se refleja como "mejor demostración" en el proyecto de ley de Presupuesto 2021, que "incluye un nivel de déficit y de emisión monetaria que no son compatibles con un escenario de estabilidad".

En base a los últimos informes oficiales disponibles, la consultora aseguró que al 7 de octubre "el stock de reservas netas ascendía apenas a US$ 1.920 millones" pero si no se cuentan las tenencias de oro "arroja un saldo negativo de US$ 1.821 millones, lo que da cuenta de una situación límite para la autoridad monetaria y explica por qué se vio obligado a reforzar los controles cambiarios".

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Las reservas del Banco Central son escasas, pero no hay escenario de "corralón"

A diferencia de la situación de 2015, similar en cuanto al nivel de reservas netas, "el actual gobierno aún no ha cumplido ni un año por lo que un cambio de signo político no forma parte de las alternativas" y tampoco se prevén ingresos de capitales en el corto plazo, ya que "habiendo incluso despejado el horizonte de vencimientos de deuda, el nivel de riesgo país en el orden de los 1.400 puntos básicos".

"Todo esto expone que la situación actual, en comparación al cepo de 2011-2015, es bastante más complicada para el gobierno", señaló Invecq, que advirtió que "si el equipo económico no lograra encauzar los indicadores macroeconómicos relevantes hacia una dinámica de normalización a tiempo, las reservas internacionales no alcanzarían durante mucho tiempo más".

Pero al mismo tiempo, Invecq destacó que como el nivel de reservas brutas (US$ 40.795 según el último informe provisorio del BCRA) es "considerablemente mejor" que el de las netas, "surgen dudas respecto de posibles maniobras por parte del gobierno para poder hacer uso de este stock con el argumento de la utilidad que revisten estos activos para la defensa del valor del peso".

"Estos temores por parte del público son alimentados por un comportamiento del gobierno de cierto desprecio hacia las instituciones y el derecho de propiedad y son los que explican la caída permanente de los depósitos privados en dólares desde mediados del año pasado", añadió.

No obstante, la consultora remarcó que "a diferencia de otros períodos de la historia argentina, los niveles de liquidez del sistema bancario y la ausencia de un régimen cambiario tan rígido como el de la Convertibilidad hacen pensar en una probabilidad muy baja de episodios confiscatorios como los del pasado".

"La válvula de escape de los actuales desequilibrios monetarios y cambiarios es un mecanismo de precios muy conocido: la corrección del precio oficial del dólar", indicó.