En medio del oscuro escenario que la pandemia generó en gran parte de los sectores económicos, hay también algunos signos que no sólo son positivos, sino que también muestran un cambio de costumbre.

El mercado inmobiliario es uno de los que más sufrió los golpes del avance del Covid-19, a tal punto que en 2020 tocó el nivel más bajo de cantidad de operaciones de la última década, con tan solo 3065 transacciones concretadas.

Pero dentro de ese contexto también se dio un cambio de tendencia, que llegó para cambiar una costumbre histórica.

Hoy el nivel de donaciones de inmuebles en vida –por ejemplo de padres a hijos, aunque puede ser a cualquier otra persona- marca un récord histórico, y alcanzó durante 2021 las 11.282 operaciones, contra las 3186 de 2020 y las 4015 de 2019.

El último pico desde 2004 había sido marcado en 2007, cuando se habían alcanzado las 7727 donaciones.

Según explicó el presidente del Colegio de Escribanos de Buenos Aires, Jorge de Bártolo, este cambio de costumbre se dio por dos cuestiones muy claras.
La primera tiene que ver con un cambio en la legislación, a fines de 2020. A partir de esa modificación, las propiedades ya no son “observables”, es decir que una vez que se firmó toda la documentación correspondiente, el inmueble ya tiene nuevo dueño de forma definitiva.

“La legislación anterior dejaba abierta la puerta a que se produjeran observaciones por parte de otras personas, lo que podía generar inconvenientes posteriores. Ahora esa instancia no está vigente, lo que hace todo mucho más ágil”, sostuvo De Bártolo.

LEER MÁS: Impacto en Bienes Personales: la AFIP aumentará por cuatro la valuación de los inmuebles en CABA

Pero el Covid-19 fue sin dudas otro de los factores que terminó de empujar este tipo de decisiones.

El alto número de cifras de fallecidos que se dio en todo el mundo, según analizan los escribanos, generó que mucha gente se volcara a “dejar todo ordenado ahora” en lugar de “dejar luego un problema a sus herederos”.

“El cambio fue notorio. Evidentemente hubo un cambio de mentalidad por parte de la gente; un cambio de costumbre muy importante”, dijo De Bártolo. “Previo a esto, hablar de donaciones no era común y de hecho mucha gente ni siquiera sabía que existía esta posibilidad”, continuó.

Las estadísticas oficiales les ponen números a esta realidad. En marzo de 2020 –mes de actividad prácticamente normal en su totalidad, ya que las restricciones comenzaron a fines de ese mes- la cantidad de donaciones alcanzó las 171, para caer a cero en abril –ya con la pandemia muy instalada-.

A partir de allí, incluso con un nivel de actividad muy restringido, el volumen fue creciendo. En mayo se totalizaron 89, en junio 261, en agosto 224, en septiembre 346, en noviembre 413 y en diciembre 891.

Así, 2020 cerró con 3186 donaciones, contra las 4015 de 2019, un año que no sufrió las consecuencias de la pandemia.
Ya el año pasado la situación fue muy diferente. “Estamos en cifras que son récord histórico, lo que demuestra que sin dudas hubo un cambio de mentalidad por parte de la gente”, precisó De Bártolo.

Aquí también las estadísticas son contundentes. Se arrancó en enero con 486 donaciones concretadas, y se cerró diciembre con 1718, con picos de 1007 en marzo, 965 en agosto, 1043 en septiembre y 1198 en noviembre.

Según los escribanos, esta tendencia llegó para quedarse. “Así como la pandemia nos impuso algunos cambios de hábito que hoy continuamos y seguramente no dejaremos de implementar en un futuro, estimamos que con las donaciones pasará algo similar. La gente se da cuenta de que es mejor tener todos los papeles en orden y que se pueden evitar problemas posteriores”, comentó De Bártolo.

En el medio de este cambio de costumbre, lo que no varían son los magros números que muestra el mercado inmobiliario en general. Las ventas no mejoran, y crece la preocupación entre los inmobiliarios.

De acuerdo con los últimos datos del Colegio de Escribanos de la Ciudad de Buenos Aires, en enero pasado –las últimas cifras disponibles- el total de escrituras de compraventa de inmuebles cayó respecto al mes anterior y también en la comparación interanual. Así, la cantidad de actos de ese mes fue la más baja de la serie histórica que arrancó en 1998.

En el primer mes del año se firmaron 1385 escrituras en Capital Federal, un 59% por debajo de los registros de diciembre (3382), un 14,40% menos que el mismo mes de 2021.

En la provincia de Buenos Aires la suerte no fue mejor. Los datos oficiales muestran que en enero último, con 3771 transacciones, se dio una caída interanual de las ventas de 1,77%, según el Colegio de Escribanos bonaerense.

De la comparación con diciembre de 2021 surge una cifra mucho más grave. Allí se dio una caída nada menos que del 70,59%, cuando se habían contabilizado 12.821 escrituras.