La industria petrolera de EEUU presiona a Trump para desmantelar políticas climáticas de Biden
La reciente solicitud del Instituto Americano del Petróleo (API) al presidente electo Donald Trump para revertir las políticas climáticas de Joe Biden pone de manifiesto la tensión persistente entre las ambiciones de la industria energética y los compromisos de Estados Unidos con la lucha contra el cambio climático.
La reciente solicitud del Instituto Americano del Petróleo (API) al presidente electo Donald Trump para revertir las políticas climáticas de Joe Biden pone de manifiesto la tensión persistente entre las ambiciones de la industria energética y los compromisos de Estados Unidos con la lucha contra el cambio climático. Según un informe de Reuters, el API, principal representante del sector petrolero y gasífero, ha pedido una serie de medidas que podrían transformar radicalmente la política energética de la nación.
El contexto energético: tensiones entre regulación y producción
Bajo la administración Biden, Estados Unidos ha buscado acelerar la transición energética hacia fuentes limpias, implementando regulaciones estrictas sobre emisiones de metano, impulsando la electrificación del transporte y limitando el desarrollo de combustibles fósiles en tierras federales. Sin embargo, y paradójicamente, la producción de petróleo y gas ha alcanzado niveles récord. Este aumento subraya la capacidad de la industria para adaptarse a nuevas realidades regulatorias mientras maximiza la explotación de recursos.
Mike Sommers, director ejecutivo de API, ha señalado que los resultados electorales recientes reflejan un rechazo a políticas consideradas excesivamente restrictivas por parte del electorado. “La energía estaba en la papeleta”, afirmó Sommers, refiriéndose a decisiones clave en estados como Michigan y Pensilvania, donde los votantes habrían favorecido políticas menos restrictivas hacia la industria.
El regreso de una agenda pro-hidrocarburos
La agenda presentada por API incluye la eliminación de varias iniciativas clave de la administración Biden:
- Regulaciones de emisiones para vehículos eléctricos (EV): API considera que los mandatos para aumentar la producción de vehículos eléctricos representan una amenaza para la industria automotriz tradicional y la cadena de suministro de combustibles fósiles.
- Facilitación de permisos para exportaciones de gas natural licuado (GNL): Con el auge de la demanda global de GNL, especialmente en Europa y Asia, el sector busca eliminar restricciones que ralentizan la capacidad de exportación.
- Eliminación de la tasa sobre emisiones de metano: Una regulación clave de Biden para mitigar el impacto climático de la perforación. Según API, esta medida impone costos que podrían disuadir la inversión en nuevos proyectos.
- Ampliación de la exploración y explotación en el Golfo de México y tierras federales: API busca revertir la pausa en nuevas subastas de licencias para perforación, cruciales para mantener la capacidad productiva del país.
Impactos geopolíticos y energéticos
El giro propuesto por API no solo tiene implicaciones domésticas, sino también en la dinámica global del mercado energético. Facilitar la exportación de GNL podría reforzar la posición de Estados Unidos como proveedor clave en el mercado internacional, especialmente frente a la dependencia de Europa del gas ruso.
Sin embargo, una marcha atrás en las políticas climáticas podría erosionar el liderazgo global de Estados Unidos en la lucha contra el cambio climático, debilitando alianzas con países que priorizan la transición energética. La posible revocación de normas ambientales críticas también podría generar tensiones en el interior del país, donde estados como California han sido pioneros en estándares ambientales más estrictos.
Una encrucijada energética
La administración de Trump se encuentra ante una decisión fundamental: satisfacer las demandas de la industria energética y priorizar la producción a corto plazo o mantener el equilibrio alcanzado bajo Biden, que combina expansión energética con objetivos climáticos.
La presión de la API refleja una industria que, a pesar de los récords de producción, siente el peso de las regulaciones climáticas y busca maximizar oportunidades en un entorno internacional competitivo. Sin embargo, el desafío radica en encontrar un camino que no solo asegure la seguridad energética de Estados Unidos, sino que también mantenga su liderazgo en la transición hacia un futuro más limpio.
(Artículo realizado por el Servicio de Noticias de Canal 7 Neuquén).