La Argentina pagará el 9 de julio próximo el primer vencimiento correspondiente al canje de deuda negociado por el ministro de Economía con los acreedores privados bajo ley extranjera en el 2020.

El "Día de la Independencia" se deberá cancelar la primera cuota de intereses por casi US$ 160 millones, del cupón de bonos emitidos en la reestructuración alcanzada en septiembre del año pasado. 

Con reservas de sobra para encarar ese pago, los mercados descuentan que se hará sin inconvenientes.

Pero los agentes financieros continúan mirando con atención el proceso de endeudamiento en pesos a gran escala que viene encarando el Tesoro, a través de la Secretaría de Finanzas.

Este lunes, Economía buscaba unos $240.000 millones en la última licitación de junio, pero sólo consiguió $173.000 millones.

De la deuda en moneda local, durante julio vencerán casi $243.000 millones, mientras que en agosto la cuenta se disparará a $351.000 millones, de acuerdo con los datos de la Secretaría de Finanzas.

En septiembre, el mes de las elecciones primarias, el Tesoro debe afrontar vencimientos por unos $190.000 millones, mientras que en octubre las obligaciones caen por debajo de los $90.000 millones.

La cuenta sube a $160.000 millones en noviembre y cierra el 2021 con apenas $17.500 millones en diciembre. 

En el mercado consideran que el Tesoro se va a seguir financiando sin demasiados inconvenientes, pero advierten que la tasa de interés crece en forma paulatina.

Es que los prestamistas-inversores se inclinan cada vez más por colocaciones de deuda hacia títulos ajustados por costo de vida, lo cual refleja la preocupación del mercado por la imprevisibilidad en el comportamiento de la inflación.

Los activos de la Argentina están en niveles muy deprimidos y el mercado fue sorprendido por la decisión de Morgan Stanley de rebajar a "standalone" -caso único- la categoría del país en su ranking de inversiones recomendados (MSCI).

La decisión de aplicar esa rebaja fue tomada, según Morgan Stanley, porque ya no puede considerar como mercado normal a un país que aplica semejante nivel de restricciones cambiarias.

El cepo al dólar y los impuestos del 65% aplicados a las escasas compras de divisas que se pueden hacer, representan un dolor de cabeza para los ahorristas que buscan preservar su poder adquisitivo.

Las restricciones para el movimiento de divisas prácticamente anulan la posibilidad de arribo de inversiones extranjeras, y el gobierno casi no tiene margen de maniobra para salir de ese esquema, que distorsiona las variables económicas con una brecha cambiaria que supera el 80%. 

En este escenario, el 9 de julio se saldará el primer vencimiento de la deuda reestructurada, mientras que a principios de 2022 -el 9 de enero- la Argentina deberá afrontar el pago del segundo, por unos US$ 500 millones.

Si bien los agentes financieros no tienen dudas respecto de que la Argentina cumplirá con esos vencimientos, hacen notar que la cotización de los bonos de la deuda no paró de caer desde el canje, a pesar del alivio financiero que significó para la Argentina, al menos por los próximos tres años.

Por la caída en la cotización de los títulos de deuda en los últimos meses, el riesgo país está en niveles cercanos a los 1.600 puntos, mientras el año pasado, cuando se cerró el canje, se ubicaba en zona de 1.100 unidades.

Durante la segunda mitad del año, el calendario de vencimientos de deuda es exigente, ya que vencen unos US$ 6.200 millones hasta noviembre, según datos de la Oficina de Presupuesto del Congreso.

Mientras tanto, los operadores descuentan que el acuerdo con el FMI ya quedó postergado para después de las elecciones legislativas de noviembre próximo.

Por eso, consideran que tras el acuerdo con el Club de París que postergó pagos para marzo de 2022, la Argentina necesitará en el segundo semestre sostener un nivel de reservas aceptable,con el fin de intentar consolidar la incipiente recuperación económica.