El ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, inauguró hoy en el Senado el debate en torno al proyecto de ley que crea un marco regulatorio para el desarrollo de la industria del cannabis medicinal y el cáñamo industrial. 

La iniciativa, que apunta a fijar las pautas para la actividad y fomentar el desarrollo de la cadena productiva, fue defendida por el funcionario en un plenario de las comisiones de  Agricultura, Presupuesto y Seguridad Interior.

El presidente de la comisión de Agricultura (cabecera del debate), Adolfo Rodríguez Saá adelantó que la hoja de ruta continuará el viernes con la exposición de especialistas invitados por los distintos bloques, y la idea es que el lunes de la semana que viene se pueda arribar a un dictamen de mayoría. 

De acuerdo con estimaciones oficiales, esta actividad podría generar ventas por US$500 millones al mercado interno y al menos US$50 millones de exportaciones por año.

Durante su exposición, Kulfas informó que "más de 50 países han avanzando en algún tipo de legalización del cannabis para uso industrial y medicinal", y detalló que los líderes globales en el sector son Israel, Canadá y Estados Unidos.

En la región, en tanto, los países que "picaron en punta" son Uruguay y Colombia. 

Al hacer foco en el potencial de este mercado, señaló que en el año 2000 se producía a nivel mundial apenas una tonelada por año de cannabis medicinal e industrial, mientras que en la actualidad la producción se ubica cerca de las 500 toneladas.

"Se estima una producción por 42.000 millones de dólares para dentro de tres años. Esto es 14 veces más alta que lo que se verificaba hace 10 años", puntualizó.

En este marco, Kulfas afirmó que existe una "gran ventana de oportunidad para Argentina", ya que a su criterio el país posee una serie de condiciones que le aporta ventajas comparativas respecto de otras economías del mundo, y que lo podrían catapultar en el mediano plazo como "un líder regional y tal vez global".

Por un lado, resaltó que Argentina es "líder global en producción agropecuaria", y en segundo lugar destacó el "denso entramado científico y tecnológico" que haría posible un desarrollo intenso de la actividad.

En este sentido, ponderó el trabajo que viene haciendo la Red de Cannabis y sus usos medicinales (RACME) del Conicet, dirigida por Silvia Kochen, a lo que se suma el "entramado de laboratorios públicos y privados" que podrían intervenir en la producción. 

El ministro subrayó que se trata de una industria que genera "muchos encadenamientos productivos de valor agregado", con "más de 200 productos y servicios" asociados a esta cadena de valor.

Por otra parte, destacó que existen en el país 22 iniciativas en marcha en provincias y 80 en municipios, lo que demuestra que  "hay un interés en todo" el territorio nacional.

En este contexto, Kulfas remarcó la importancia de generar un "marco legal que ordene y promueva" la actividad, ya que la ley actual 27.350 creada en 2017 habilitó la producción local pero en "muy baja escala" y de forma "experimental", y no estuvo pensada en términos de desarrollar una verdadera industria alrededor del cannabis y la planta de cañamo.

De acuerdo a la letra del proyecto del Gobierno, se apunta a regular "la cadena de producción y comercialización nacional y/o con fines de exportación de la planta de cannabis, sus semillas y sus productos derivados afectados al uso medicinal, incluyendo la investigación científica, y al uso industrial, promoviendo así el desarrollo nacional de la cadena productiva sectorial".

En este sentido, la iniciativa propone regular eslabones productivos y de comercialización del cáñamo industrial y sus subproductos, como fibras textiles, ropa y calzado, papel, alimentos, cosméticos, materiales para la construcción y otros tantos, pero no legisla sobre el consumo adulto o "recreativo", que está relacionado con la ley de drogas vigente (23.737).

Entre sus puntos más salientes, la norma contempla la creación de la creación de la Agencia Regulatoria de la Industria del Cáñamo y del Cannabis Medicinal (ARICCAME), a fin de controlar el uso de de esas plantas.

Ese nuevo organismo tendrá la función de "regular -entre otras- la importación, exportación, cultivo, producción industrial, fabricación, comercialización y adquisición, por cualquier título de semillas de la planta de cannabis, del cannabis y de sus productos derivados con fines medicinales o industriales".

La ARICCAME estará a cargo de la "regulación y fiscalización de la actividad productiva de la industria del cannabis, su comercialización y distribución, para uso medicinal e industrial en el territorio nacional.

En este sentido, entenderá "en todo lo referente al registro, control y trazabilidad de semillas, insumos críticos y productos derivados del cannabis".

La agencia será la encargada de expedir "las autorizaciones administrativas que permitan la importación, exportación, cultivo, producción industrial, fabricación, comercialización y adquisición, por cualquier título de semillas de la planta de cannabis, del cannabis y de sus productos derivados con fines medicinales o industriales".