El presidente, Javier Milei, pronunció hoy un duro discurso contra la actual estructura del Mercosur, dijo que es un modelo que “está agotado” y reclamó que se rediscutan las reglas en pos de una mayor apertura comercial.

El jefe de Estado fijó la posición de su gobierno durante la 65° Cumbre del Mercosur que se desarrolla en Montevideo, Uruguay, y dijo que el bloque comercial “ha sido un escollo para el desarrollo de los argentinos” y lo calificó como “una prisión” que no le permite a cada miembro desarrollar sus ventajas comparativas.

“A las instituciones no hay que evaluarlas por sus intenciones sino por sus resultados”, lanzó el presidente.

Milei dijo que “lamentablemente cuando se lanzó el Mercosur se propuso la creación de un Arancel Externo Común parta intentar proteger nuestras industrias, creyendo que traería beneficios”, pero “el camino al infierno está pavimentado de buenas intenciones”.

“No es sorpresa que estas medidas haya surtido el efecto contrario al pretendido”, afirmó Milei y añadió que “el Arancel Externo Común no sólo encareció el ingreso de bienes productivos sino que hizo a nuestras empresas menos competitivas”.

El presidente subrayó que “por la rigidez del arancel y por las barreras pararancelarias el comercio se deterioró” y desde “desde el 1995 el comercio extrazona, exceptuando Paraguay disminuyó, siendo los más perjudicados Argentina y Uruguay”.

“Tener aranceles tan altos encarece la vida de todos nuestros ciudadanos. Les niega la posibilidad de tener mejor calidad de vida. El bloque común no nos hizo crecer sino que nos perjudico”, aseguró el jefe de Estado.

En ese sentido sostuvo que “nos encerramos en nuestra propia pecera, tardando más 20 años en cerrar un acuerdo que aún dista de ser una realidad”.

“El Mercosur y sus restricciones han sido un escollo para el progreso de los argentinos. No podemos dejarnos el lujo de dejar pasar oportunidades de comercio la necesitamos como agua en el desierto”, añadió.

Milei afirmó que “durante 20 años nos perdimos la oportunidad de nuestras vidas yendo a contramano de la integración global. Mientras el resto del planeta se expandía por el comercio, nosotros le dijimos que no a Estados Unidos que ofrecía un acuerdo con todo el continente”.

“Esa perorata revestida de nacionalismo le costó muchísimo a nuestros ciudadanos. La única manera de defender a nuestras naciones es promoviendo el libre comercio”, insistió.

El presidente sostuvo que “el Mercosur que nació con la idea de profundizar nuestros lazos comerciales, terminó convirtiéndose en una prisión en la que sus países miembros no puedan aprovechar sus ventajas comparativas”.

Finalmente instó a sus pares a “aceptar que este modelo está agotado y busquemos una nueva fórmula que nos beneficie a todos y podamos comercializar más y mejor. Este bloque no puede seguir siendo un cepo que esclavice a nuestros países”.